Joao Félix y Llorente pasan a fase Champions

El Atlético de Madrid se impuso con un contundente 0-5 a Osasuna en el Sadar en el partido correspondiente a la jornada 29 de la Liga Santander. Los del Cholo Simeone arrollaron al cuadro rojillo gracias al doblete de Joao Félix, y los goles de Marcos Llorente, Morata y Carrasco, estos dos últimos asistidos por el ’14’, que permiten a los colchoneros seguir adelantar al Getafe y seguir en la lucha por la clasificación para la Champions League.

Segundo partido consecutivo de los hombres del Cholo y diez finales, contando con la de Osasuna, por delante. Diez jornadas para terminar la Liga Santander y, como decía a menudo Don Luis Aragonés, esa es la recta final en la que se deciden los campeonatos. Este curso el Atlético no peleará por la Liga, pero sí tiene necesidades, la de clasificarse para la Champions League, objetivo por el que en la era Simeone no había peligrado.

Para esta primera final disputada en El Sadar, el Cholo Simeone hacía cuatro variaciones en relación al choque frente al Athletic. Oblak repetía en portería, al igual que Lodi, Savic y Giménez en defensa. La cara nueva en la zaga era la de Arias. Por delante, Saúl y Héctor Herrera ocupaban el mediocentro, mientras que las bandas eran para Koke y para Correa. Por delante de ellos, Joao Félix y Diego Costa para tratar de batir el arco de Rubén.

Como sexto clasificado en Liga se plantaba el Atlético en Pamplona para tratar de aprovechar los pinchazos de Getafe y Sevilla. Al primero para adelantarle y a los hispalenses para recortarle puntos. Para ello tenían que ganar a un Osasuna que salió bien plantado al terreno de juego, pero le costaba acercarse al área de Oblak. Eran los colchoneros los que lo intentaban, pero con la siempre ardua tarea de superar a la defensa de los de Arrasate.

Joao Félix, en modo Champions

La primera llegó a los 20 minutos. La tuvo Diego Costa, aprovechando un pase al hueco, pero Rubén metió bien los puños. El pase llegó de los pies del incombustible Koke, que presionó, defendió, corrió y trató de estar en todos lados. Lo siguieron intentando los rojiblancos, y siete minutos después sonó la flauta. Carrerón de Lodi, que la pone atrás para que Saúl golpease defectuosamente el cuero y con Joao Félix cogiendo el rechace para reventar el balón y mandándolo al fondo de la red.

El gol cambiaba ese guion del Atlético de las dos caras. Ese el que firmaba una pobre primera mitad y reaccionaba en la segunda o despertaba cuando el rival se adelantaba en el marcador. Tal era el cambio que ni Oblak tuvo que hacer su parada milagrosa. El partido se paró para refrescarse y tras la vuelta, Osasuna espabiló metiendo en apuros a los del Cholo Simeone. Con una doble ocasión con Roberto Torres y Moncayola metieron el miedo en el cuerpo a los madrileños, pero éstos no se amedrentaron y respondieron con un exquisito Joao Félix.

Estaba fino O menino, al igual que Renan Lodi. La primera de ellas, Joao Félix firmó una jugada de ensueño con dos quiebros con los que dejó tieso a Unai García. El luso ganó el gulag al de Osasuna, pero el pase atrás no pudo rematarlo Ángel Correa. Instantes después Rubén se topó en la intentona del portugués, que enganchó un centro del lateral izquierdo, pero que fue anulado por un fuera de juego muy dudoso. Y así, con el 0-1 ambos equipos se marcharon a vestuarios a descansar y cambiarse las camisetas, tal y como dicta el protocolo de la Liga.

Volvieron los futbolistas al terreno de juego y Osasuna seguía sin encontrar la fórmula con la que superar a la zaga del Atlético pese a que Enric Gallego ganaba todas las pugnas por alto. A los diez minutos de la reanudación, en una jugada rápida llegó el segundo de los visitantes. Siete toques fueron suficiente. Otro pase al hueco, esta vez de Correa, para que Diego Costa corriese conduciendo el balón paralelamente a Joao Félix ante plantarse delante de Rubén y hacer el pase de la muerte para que el portugués cerrase el partido.

El Atlético estaba cómodo y encarrilaba el partido sin haber hecho ni uno de los cinco cambios. Tras el segundo movió el banquillo Jagoba Arrasate. Entraban Rubén García y Adrián López, viejo conocido y bien recordado por la parroquia colchonera. El que fuera campeón en 2014 de Liga a las órdenes de Simeone perdonó en el segundo palo mandando fuera un centro de Gallego. Tras esto, doble cambio en las filas de Simeone. Fuera Correa y Costa para que entrasen Llorente y Morata. Más cambios en cuatro minutos que Fernando Simón en sus consejos sanitarios, que ya es decir.

Llorente para todos y todos para Llorente 

Sin hat trick se quedó Joao Félix cuando en el 68′ fue sustituido por Thomas Partey. Este cambio permitió a Llorente adelantarse a esa nueva posición y apoyar a Morata. Otra vez el héroe de Anfield demostró estar tres puntos por encima físicamente de cualquier jugador de la Liga Santander. No tardó mucho en traducir ese gran momento en gol. Un tanto a base de potencia y convicción con las que superó a tres rivales, cruzando su disparo ante un Rubén que solo pudo hacer la estatua.

El partido estaba encarrilado con el 0-3, pero el Atlético quería más. Y Llorente también. Recibió de espaldas en zona de tres cuartos, protegió bien el balón y dio un pase en profundidad a Morata, que pese a estar bastante escorado, no erró a la hora de mandar el balón al palo largo.  El colegiado anuló el tanto, pero ese VAR que tanto ha irritado a los colchoneros esta semana, lo dio por válido. Entró Carrasco en lugar de Saúl cuando restaban cinco minutos. Y Llorente seguía con hambre… y eso que tiene un buen hábito alimenticio el muchacho.

Marcos aprovechó un error de la defensa de Osasuna para penetrar en el área y dar su segunda asistencia de la noche con un pase de la muerte que transformó Yannick Ferreira Carrasco. El belga ponía el definitivo 0-5 con el que el Atlético se llevaba en el bolsillo tres puntos importantísimos para cumplir ese objetivo de clasificarse para la Champions. Primera de las diez finales ganadas. La próxima, el sábado frente al Valladolid en el Metropolitano.