Deportes
CHAMPIONS LEAGUE: PSG - REAL MADRID

Jeque Asensio

En el PSG – Real Madrid, el jeque fue Asensio. Nasser Al Khelaifi tuvo que ver desde la grada como su imperial proyecto, formado a base de petrodólares, sucumbía ante la magia de la mayor perla de Europa. El conjunto parisino pagará 180 millones de euros por el traspaso de Mbappé, pero Marco le ha enseñado que el dinero no lo da todo. El balear es el verdadero golden boy del continente y marcó de nuevo la diferencia en un partido de máxima exigencia.

En la ida, Asensio entró avanzada la segunda parte, con los parisinos asediando la meta del conjunto blanco, y cambió por completo el destino del partido. Sus dos internadas explosivas por la banda hicieron que el 1-1 que figuraba en el marcador, pasara a ser un 3-1. En el Bernabéu se fraguó una titularidad con la que se vio compensado en el Parque de los Príncipes.

Y de nuevo brilló. El príncipe heredero madridista se erigió como jeque ante el aspirante a llevarse la Champions. Los de Emery no fueron rival para un Asensio que fue un jeque sobre París. El jugador blanco se comió de manera espectacular a Dani Alves, al que volvió loco y bailó durante la segunda mitad.

De una maravilla suya, nació la sentencia. Como ya sucediera en la ida, o en Múnich la pasada temporada, el balear fue clave en la victoria madridista. Sabe que la Champions es la competición por excelencia del Madrid y, cada vez que tiene la oportunidad, demuestra que está preparado para asumir los galones del equipo.

De nuevo, cuando el PSG vivía sus mejores minutos y hacía el amago de remontada, apareció Marco. Robó a Alves el balón en un intento de sacarlo jugado. Le bailó y le metió un increíble pase entre las piernas al brasileño que recibió Lucas. El resto, ya lo saben. Lucas la pone al segundo palo y gol de Cristiano.

0-1 en el minuto 51 y eliminatoria resuelta. Asensio de nuevo da alas al Real Madrid y le lleva en volandas hacia los cuartos de final. Meritorio tanto en la ida como en la vuelta. Más que meritorio, clave. Asensio hizo del Parque de los Príncipes su emirato particular y borró de una tacada las esperanzas que los franceses tenían puestas en una remontada basada en la magia del cheque sin fondos qatarí.