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Iñaki Williams cuenta el dinero que tiene y las veces que hace el amor

Antes de comenzar su entrevista a La Resistencia, Iñaki Williams contestó voluntariamente a las dos preguntas que tenía preparadas David Broncano para él

El delantero del Athletic acudió a La Resistencia, el programa de David Broncano, y no eludió ninguna de sus preguntas. Iñaki Williams reveló el dinero que tenía en el banco y también las veces que hacía el amor con su pareja.

«Antes de nada: voy de cara, soy de Bilbao. Tengo entre 5 y 10 millones y follo cuatro veces por semana», dijo el futbolista del Athletic antes de comenzar su entrevista.

Iñaki Williams aclaró que era de Bilbao consciente de que le preguntarían por su color de piel: «Mis padres son ghaneses. Hicieron un trayecto largo, llegaron hasta la frontera y saltaron la valla de Melilla. Allí conocieron a un gran hombre que les ayudó a llegar a Bilbao, conocieron a mi padrino, que es cura y por él me llamo Iñaki».

El delantero también confesó el mote que tiene en el vestuario: «Me llaman ‘Pañaki’, de pañal, porque soy un calzonazos con la parienta, dicen que estoy todo el día con la parienta»

Iñaki Williams y el Fortnite

David Broncano quiso saber a qué hora se acostaba y éste explicó: «Las noches del Fortnite… como muy tarde a la 1. Pego uno gritos en casa jugando que la vecina tiene que flipar. Soy flojito eh, practico y practico y no hay manera. Hay gente que son unos frikis que flipas, pero que flipas… les daba un puñetazo. Unos sustos en casa… estás con los cascos y a tomar por culo. Y encima te bailan».

La “cagada” del Barcelona

También preguntaron a Iñaki Williams si había tenido algún fallo como el Barcelona en el 4-0 de Anfield: «Cagada como esa es complicado. Contra el Formentera en Copa del Rey, que nos eliminaron, nos pintaron la carita… a tu casa. Una peinada de Sabin Merino en un córner y yo la empujo de cabeza y no la meto».

Sobre si ha tenido broncas con algún compañero durante un partido, respondió: «El otro dia Yeray le dijo al míster «cámbialo, cámbialo», porque estaba reventado y no estaba corriendo para atrás… ¡y me cambiaron!».