Griezmann salva a un Barça esperpéntico en Ibiza
Antoine Griezmann dio su primera gran alegría como culé. El francés salvó al Barça del ridículo en los octavos de final de la Copa del Rey con dos goles balsámicos que remontaron el tanto inicial de los anfitriones. Los culés, con más del 80% de posesión, apenas tuvieron peligro en una alineación experimental de Setién, quien encontró en el galo a su particular salvavidas.
La Copa de los campos modestos puso de manifiesto la gran diferencia existente entre los grandes y los pequeños. El Barça, con dos chispazos, sentenció el partido. El Ibiza tuvo tres ocasiones clarísimas en la primera mitad y perdonó en exceso. El tópico, nunca mejor dicho, se hizo realidad en esta eliminatoria.
Setién fue de listo y casi se lleva un saco en una primera mitad espectacular del Ibiza. Los locales vencieron en intensidad, deseo y mordiente a un Barça que estuvo totalmente desequilibrado con una defensa de tres en la que Lenglet se encontraba sistemáticamente uno contra uno contra Rodano.
Los culés sobaron el balón todo lo que quisieron, pero las ocasiones claras cayeron del lado balear hasta el punto de que el Barça se pudo llevar un chorreo en la primera mitad. Una contra liderada por Lara encontró el desmarque en la banda de Rai, quien sirvió al punto de penalti para que Javi Pérez se anticipase a Riqui Puig y anotara a placer. El canterano azulgrana quedó totalmente retratado siendo blandísimo en la marca y permitiendo a los locales adelantarse en el minuto 9.
Con Can Misses entregado a la fiesta, el Ibiza achicó agua sin apenas inquietarse. Sólo Ansu Fati conseguía mínimamente desbordar, pero sus pases no encontraban a nadie en punta de ataque. No había noticias, de momento, de un Griezmann por el que se pagó este verano más que todo lo que vale el club rival.
El Ibiza, bajo el mandato del mítico ex capitán del Sevilla Pablo Alfaro, era un bloque impenetrable para un Barça sin profundidad. El 85% de posesión no reflejaba absolutamente nada para los intereses culés. De hecho, conforme avanzaba la primera mitad, los locales crecieron en sus opciones de ganar a su rival.
A Rodado, casi en el ecuador de la primera mitad, le arrebataron el 2-0. El delantero pugnó con Lenglet en un uno contra uno robándole la cartera y batiendo a Neto. El árbitro González Fuertes, sin embargo, consideró que el delantero empleó una excesiva agresividad para arrebatarle el balón al zaguero francés.
El Barça, lejos de angustiarse por su imagen, siguió moviendo el balón con parsimonia y sin encontrar huecos en la defensa isleña. Los de Setién, intentando recuperar el estilo Guardiola de sacar el balón jugado, pecaron de exceso de confianza. Junior perdió el balón en una buena presión del Ibiza y se propició otra ocasión clarísima para los locales.
Rai recibió y sentó de un recorte a De Jong. El delantero, con todo a favor, estrelló el balón contra el poste con Neto batido. El rechace cayó en las botas de Rodado, quien lanzó su disparo justo al sitio donde estaba situado el portero portugués. El Ibiza perdonaba lo imperdonable en un baño en la primera mitad.
Griezmann suplantó a Messi
Setién, lejos de rectificar, siguió empecinado en su idea de jugar con tres defensas. El Ibiza apretó al inicio y hasta provocó la lesión de un Neto que se dañó el tobillo tras un choque con uno de los jugadores de ataque de Pablo Alfaro. El carioca, pese a que Ter Stegen calentaba, se negó a abandonar el terreno de juego.
Los culés parecían vivir en una espiral del sinsentido. Su técnico se cargaba a Carles Pérez para meter a Jordi Alba de extremo, al tiempo que el Ibiza se atrevía a vacilar a Semedo sacándole una amarilla. Los locales fueron perdiendo brío físico y eso lo aprovechó un Barça al que no le quedaba más remedio que apretar.
Rakitic, en el minuto 67, realizaba el primer disparo a puerta de los culés. El aviso del Barça espoleó al resto del equipo a intentar cosas más verticales. Frenkie de Jong se sacó de la manga un espectacular pase que dejó a Griezmann sólo contra el portero. El francés anotó al palo corto sumando los culés un gol poco merecido para sus méritos hasta ese momento.
El Ibiza tenía por delante un cuarto de hora, pero era evidente que el partido se le estaba haciendo largo. Los chicos de Pablo Alfaro perdían tiempo, se picaban con Ansu Fati y hasta intentaban embarrar al propio colegiado para aguantar el resultado. Los locales casi logran su misión, pero en el minuto 94 apareció una conexión entre Jordi Alba y Griezmann para que el delantero anotase nuevamente un gol en un uno contra uno frente a Parreño.
El Barça se salvó de un sonrojo histórico gracias a Griezmann. El campeón del mundo con Francia empieza a justificar la cifra de su traspaso evitando un enorme traspié al inicio del proyecto de Setién. Seguro que el técnico cántabro habrá aprendido la lección. Con la Copa no se juega.
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