Deportes
500 Millas de Indianápolis

Fernando Alonso luchará por la pole en Indianápolis

La consciencia se durmió, la lógica agachó la cabeza y la ambición, cafeína en la sangre de Fernando Alonso, se contagió en cada giro poco pronunciado de Indianápolis. Limó los muros como una uña, apuró cada apéndice del óvalo como una tarrina de helado, y, cuando todo se hubo cumplido, se regodeó tímidamente en su novatez. Un héroe inconformista: quiere más. Séptimo, dentro del Fast-Nine, en la lucha por la pole. Un futuro imperfecto que se acerca. Unas manos prodigiosas. Infravalorado.

Fueron cuatro vueltas inverosímiles para un rookie: todo encajaba en la típica película americana. El chaval de Oviedo que llega a la Universidad de Indianápolis para llevarse a esa chica llamada Borg Warner. Primero torpe, luego afinado y, al final, una actitud perspicaz, valiente, en forma de bólido. El primer paso está hecho: colarse entre los nueve más rápidos.

El programa de clasificación fue casi perfecto, de los que harían feliz a Pedrerol. Cuando terminó sus giros, el equipo, la afición y Twitter, esa grada virtual de opiniones, no era del todo consciente de tal gesta: tercero. Aunque todavía faltaban 17 pilotos… Sólo cuatro le superaron. Quizá cinco, de no ser por un brutal accidente de Bourdais, que venía volando.

La imagen fue sobrecogedora: perdió el control del monoplaza, choque frontal contra el muro y dos vueltas de campana. Un combo que, a Dios gracias, no ha resultado fatal: estaba consciente, lúcido y ya en el hospital Metodologista de Indianápolis. Oriol Serviá no pudo colarse entre los privilegiados. Un coche con exceso de nervios y sin poder realizar un intento limpio. El domingo, a pelear por el décimo.

No hay nada tangible aún, sólo sensaciones, intuiciones, una serie de formas válida de conocimiento. Porque la realidad aprieta: Fernando Alonso va a estar ahí, en la primera fila de un concierto, entre los que encuentran sitio en el metro, los que tienen sombrilla en la playa. Delante, peleando por la pole, haciéndose humilde, pequeño: un novato. Y es que, este muerto para muchos, sigue muy vivo.

Clasificación 500 Millas de Indianápolis