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Champions League: Barcelona-Bayern de Múnich

Este Barça es una ruina

Volvió a suceder. El Bayern le volvió a pintar la cara al Barcelona aunque esta vez el resultado no fue tan abultado como en agosto de 2020. Los alemanes se impusieron a medio gas por 0-3 a un conjunto azulgrana que ofreció una pobre imagen y que deja claro que esta temporada va a ser muy, muy dura. El gol inicial de Müller y un doblete de Lewandowski certificaron la derrota culé.

El Camp Nou volvía a vestirse de gala acoger un nuevo partido de Champions League con los aficionados culés en las gradas. Sobre el verde al que tenía por delante era a un monstruo, a ese Bayern de Múnich que le endosó un 2-8 en agosto de 2020 en Lisboa. Encima los alemanes llegaban en esta etapa post Messi y existía esa incertidumbre de si se repetiría algo parecido o, por el contrario, el Barcelona sorprendía y se llevaba el triunfo.

Para intentar tomarse esa revancha Ronald Koeman puso lo mejor que tenía. Ter Stegen defendía la portería y en la defensa aparecían Sergi Roberto, Araújo, Piqué, Eric y Jordi Alba. Por delante, Busquets, Pedri y De Jong, Frenkie, porque Luuk también era titular, pero en punta de ataque con Memphis. En el equipo de Nagelsmann, pocas sorpresas, su once quedaba así: Neuer; Pavard, Süle, Upamecano, Davies; Goretzka, Kimmich, Sané, Musiala, Müller; Lewandowski.

Los casi 40.000 aficionados que se acercaron al Camp Nou pudieron ver cómo su equipo salía para llevar la iniciativa, pero duró menos que la alegría en casa de un pobre. Los primeros minutos, con cartulina amarilla para Kimmich incluida, se desarrollaron en el centro del campo. Los balones no le llegaban ni a Lewandowski ni a Luuk de Jong y era difícil ver quién salía ganador del duelo Ter Stegen-Neuer. El del Bayern, victorioso porque prácticamente no tuvo trabajo, ni un sólo tiro a puerta recibió en todo el partido.

Para duelo también el de Pedri y Musiala. Dos de los futbolistas más prometedores del momento que no se escondieron en ningún momento y ofrecieron un buen nivel durante el partido. El canario se asociaba bien con el resto del trivote, pero  el equipo no daba para más. Que los azulgranas se acostumbren a esto, a un curso de transición…y que sólo sea uno. Araújo y Piqué ofrecieron un buen nivel, pero es que el Bayern iba a ser mucho Bayern, aunque fuera a medio gas.

El Bayern toma el control

Y es que con el paso de los minutos el Bayern se iba haciendo con el control del partido, tanto, que le ganaban en posesión de balón al Barcelona. Sufrían los hombres de Ronald Koeman, que vieron como Ter Stegen sacaba una mano salvadora ante una volea de Leroy Sané. Pasada la media hora el guardameta germano no pudo evitar que un disparo de Müller desde la frontal del área se colase en su portería. Eric García desvío ese balón y cogió a contrapié al ex del Mönchengladbach. Más leña al fuego de los críticos con el canterano.

Los azulgranas intentaban salir a la contra y siempre aparecía Memphis ofreciéndose, pero estaba muy solo. El holandés no encontraba a su compatriota Luuk de Jong y se quedaba sin opciones ante una defensa liderada por Upamecano que lo terminaban cortando todo. Con el 0-1 se llegó al intermedio y con una sensación de que eran incapaces de hacerle frente a un equipo de Nagelsmann que jugaba al 70 u 80%

A la vuelta de vestuarios continuaron en esa línea de intentar tener el balón, pero otra vez el Bayern se lo impedía. Mostró una cara más dura el conjunto bávaro que pudo haber hecho el 0-2 por medio de Sané pero ahí estaba Ter Stegen para hacer otra parada salvadora y mantener a su equipo con vida. No pudo hacer lo mismo en el 55′ cuando un disparo de Musiala se estrelló en el poste y en el rechace se adelantó Lewandowski a Araújo para hacer el segundo de los muniqueses.

Lewandowski sentencia

Se ponía aún más cuesta arriba el partido para un Barcelona que soñaba con hacer olvidar aquel bochornoso 2-8. Y a Ronald Koeman no se le ocurrió otra cosa que meter a Gavi y Demir por Busquets y Sergi Roberto, llevándose este último una pitada ensordecedora del Camp Nou. El público comenzó a hacer caso a esa petición de Laporta de animar al equipo, aunque volvieron a pitar, esta vez a Luuk de Jong, cuando Coutinho entró en su lugar. También se retiró del campo Eric García para dejar su puesto a Mingueza.

Por si fuera poco el 0-2, Jordi Alba tuvo que dejar el campo tocado y Alejandro Baldé entró en su lugar. Los futbolistas del Barcelona veían como era imposible acercarse a hacer un mínimo daño al Bayern. Y llegaba otro más para los de Nagelsmann en el minuto 85. Robert Lewandowski volvió a recoger otro rechace tras un disparo al palo de Gnabry. El polaco, antes de definir, dejó en el suelo a Piqué y batió a un Ter Stegen que poco podía hacer ya.

Una parte de la afición comenzó a abandonar el Camp Nou cabizbaja tras el 0-3. Pura impotencia y una clara señal de que la temporada no ha hecho nada más que comenzar y que no haría falta preguntarle a Sandro Rey o Rappel si el Barça va a sufrir a lo largo del curso. La respuesta es clara: sí. Porque es la realidad. Porque este club ahora mismo atraviesa una ruina económica, social y por lo visto, también deportiva.