Djokovic tumba a Murray y se apunta su primer Roland Garros
Novak Djokovic ya ha completado su colección de grandes torneos. Al serbio le faltaba Roland Garros en un palmarés en el que estaban los otros tres grandes –Open Australia, Wimbledon y US Open– y ocho de los nueve Master 1000 de la ATP –sólo le falta Cincinnati– y ayer consiguió el más difícil que le quedaba en la lista. Arrolló a Andy Murray en la final de Roland Garros, el torneo que siempre se le cruzó a su mentor Boris Becker.
El número uno del mundo salió nervioso y fallón. Parecía que la presión le iba a poder en su cuarta final en París. Andy Murray salió provocativo, buscando winners y obligando a Djokovic a un tremendo castigo físico detrás de la bola. Hasta perdió los nervios al final del primer set con el árbitro después de que diera un punto válido al escocés tras una bola dudosa.
Nole se marchaba de la primera manga con un 6-3 en contra y con la presión de la Philippe Chatrier haciendo mella. Sin embargo, la grandeza de Djokovic reside en que se crece en los momentos más difíciles. Y así fue para desgracia del escocés, que vio como su rival cambió sus errores no forzados por winners con su revés cruzado.
El 6-1 de la segunda manga en favor del serbio hacía presagiar el huracán que se había desatado. Ni Murray tiene mentalidad para aguantar un castigo tan tremendo con Djokovic afinado y con máxima confianza. Por si fuera poco, el número uno llegaba a cada esquina y respondía con fiereza a cada duda de Murray, que necesitaba más punch en sus golpes.
El tercer set también cayó del lado de Djokovic por 6-2. París sonreía al serbio. Los fantasmas del pasado, con Rafa Nadal a la cabeza, se habían desvanecido para poner en evidencia que Novak se ha convertido en el rey de la tierra por méritos propios.
En el último set, Djokovic parecía que lo tenía sentenciado para un 6-2, aunque un leve bajón en su juego propició que Murray creyera por minutos que podría alcanzar el quinto set tras un break a Nole. Todas las esperanzas del escocés se fueron al traste cuando regresó el gran Djokovic en un último juego tremendo en el que Murray escenificó la impotencia. A día de hoy es imposible ganar al serbio. Ya da igual la superficie o el rival.
«Es el triunfo que más me ha gustado en mi carrera y espero que todo el mundo haya disfrutado tanto como yo por haber ganado este torneo. Estoy emocionado», zanjó el número uno del mundo, que ya suma 12 títulos de Grand Slam.