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El serbio ganó su 23º Grand Slam (7-6, 6-3, 7-5)

Djokovic conquista Roland Garros ante Ruud y supera a Nadal en la historia

Novak Djokovic se proclamó campeón de Roland Garros tras derrotar a Ruud y se convierte en el tenista con más Grand Slam de la historia

Digno de una final de Roland Garros: el puntazo entre Djokovic y Ruud que puso a todos en pie

Así queda la lucha histórica de Grand Slams entre Djokovic y Nadal

  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

La historia del tenis queda rescrita este domingo 11 de junio, por obra y gracia del que, desde esta fecha y al menos hasta que Rafa Nadal pueda opositar a decir lo contrario, es el hombre con más títulos de Grand Slam de todos los tiempos. Novak Djokovic superó en la final de Roland Garros a Casper Ruud (7-6, 6-3, 7-5) tras un partido que le obligó a un esfuerzo titánico físico y de concentración en el primer set y que a partir de ahí le permitió navegar a los mandos hasta que, tres horas y 14 minutos después del primer punto, pudo levantar los brazos culminando dos semanas mágicas que le dan su vigesimotercer grande.

Djokovic no triunfa en un escenario cualquiera, si no que lo hace en casa de su rival histórico, Rafa Nadal, doce meses después de que el manacorí diera un golpe encima de la mesa y doblara la ventaja que mantenía con Nole en cuanto a títulos de Grand Slam se refiere. Desde entonces, las lesiones han lastrado sobremanera a Nadal, llevándole incluso a una retirada temporal, dejando una alfombra roja que Novak Djokovic ha aprovechado a las mil maravillas para darle la vuelta a la tortilla y, tras conquistar Roland Garros por tercera vez, colocarse con 23 grandes, por los 22 de Rafael.

Casper Ruud era el encargado de ocupar el papel de villano en la fiesta de Djokovic, pero su envite del primer set no fue efectivo y acabó marcando el devenir del resto del encuentro, en el que quedó a merced del poderío de un jugador histórico. Ruud realizó un primer parcial inmaculado, adelantándose con break arriba y dejando sensaciones físicas y técnicas superiores a las de un Novak Djokovic más presionado por todo lo que giraba a su alrededor. Sin embargo, Casper falló en el momento justo y Nole aprovechó para igualar y llevar la contienda a su terreno, donde la determinación volvió a encumbrarle.

Djokovic, rey de los tie-break

Los tie-break del primer set han sido claves en el camino de Djokovic en Roland Garros 2023. Sucedió en segunda ronda ante Fucsovics y en tercera ante Davidovich. Mismo escenario en la final, aunque todo magnificado por la relevancia del evento. A Djokovic le dio igual y con un juego inmaculado, dio un golpe encima de la mesa con un 7-1 que le daba la victoria parcial y la moral, esta para el resto del encuentro. No había cometido un solo error no forzado en todas las muertes súbitas del torneo y tampoco iba a suceder en el momento más decisivo de este.

Ruud no se levantó fácilmente después de la decepción de haberse visto ganador del primer set y ver cómo Djokovic se lo arrebataba de las manos. No se puede perdonar ante uno de los mejores de la historia y Casper lo hizo. Parecía haber aprendido la lección en su segunda final consecutiva de Roland Garros pero igual que frente a Nadal, tampoco pudo estar a la gigantesca altura necesaria como para arrebatarle un grande a un coloso.

El segundo set comenzó con Djokovic arrasando, break incluido, y dejando su impronta en un parcial en el que Ruud, a remolque, encontró más dificultades con sus golpes más flojos –revés–, que oportunidades de desequilibrar con un drive que había marcado la pauta de los primeros minutos de partido. El esfuerzo, indiscutible y meritorio, del tenista nacido en Oslo, solamente le dio para maquillar un set que se marchaba del lado de Djokovic sin discusión, por 6-3.

La historia es para Djokovic

Sólo quedaba un paso para completar la función de manera triunfal, pero Djokovic sabía que debía tener las pilas puestas para que ni Ruud ni las inclemencias meteorológicas, en forma de viento, pudieran apartarle del objetivo. Ahí, la subida esperada de nivel del noruego llegó, pero lo que vimos y acabó destacando más que cualquier otra cosa fue la excelencia mostrada por Novak Djokovic en sus golpeos, casi a modo de exhibición en términos de profundidad y de palos desde el fondo de la pista, haciendo que su rival no pudiera si no aguantar el chaparrón hasta alargar lo inevitable.

Con 5-5 en el luminoso y después de muchos minutos en los que Djokovic venía mostrando superioridad, el tenista serbio pudo llevarla al marcador en forma de penúltimo golpe a las aspiraciones de Casper Ruud de mantenerse en el partido. El último lo daría Novak con el público ya en pie, rendido al gran campeón que conquista Roland Garros por tercera vez y convierte el punto más alto de la historia del tenis masculino en territorio acotado para su figura.