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Está aislada en Doha

Conchita Martínez da positivo por coronavirus y entrena a Garbiñe… ¡por videoconferencia!

Conchita Martínez se encuentra aislada en Doha después de dar positivo por coronavirus a su llegada a Qatar. La ex tenista aseguró en su cuenta oficial de Twitter que se encuentra "bien, con síntomas leves"

Eso no ha impedido que siga entrenando a Garbiñe. Ambas han estado conectadas a través del móvil

Conchita Martínez se encuentra aislada en Doha después de dar positivo por coronavirus a su llegada a Qatar. La entrenadora de Garbiñe Muguruza asegura que antes de viajar se hizo una prueba en la que dio negativo, pero al aterrizar se hizo otra en la que ha dado positivo. La ex jugadora asegura que se encuentra «bien, con síntomas leves» y que confía en poder seguir con la gira por Oriente Medio «en breve».

«Desafortunadamente, he dado positivo por coronavirus. Viajé con un PCR negativo el miércoles desde España pero en el test que me han hecho en Doha ha resultado positivo», informó la propia Conchita en su cuenta oficial de Twitter.

«Ayer fui trasladada desde el hotel oficial del torneo a otro medicalizado, donde estoy en cuarentena y observación. Me encuentro bien, con síntomas leves. Tengo la esperanza de que en breve podré continuar con esta gira por Oriente Medio. De momento estaré desarrollando mis funciones por videoconferencia y conectada permanentemente para dirigir a Garbiñe», añadió.

Pese a estar aislada, Conchita sigue entrenando a Garbiñe Muguruza para preparar el WTA 500 en Doha que comienza la próxima semana por videoconferencia. La tenista española viajó a Qatar con otro plan de vuelo, por lo que ha podido saltar a la pista este sábado para continuar con su preparación. Ambas estuvieron conectadas por el móvil, lo que permitía a Conchita ver lo que hacía su pupila.

Garbiñe deseó una pronta recuperación a su entrenadora y mostró en sus redes cómo lo hizo para estar en contacto con ella. La ex número uno del mundo colocó el móvil en un trípode detrás de la línea de fondo, se puso los cascos y a entrenar. De esta manera, Conchita observaba lo que hacía su pupila y si tenía que darle alguna instrucción le escuchaba al instante.