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Vuelta a España 2025: etapa 13

Un colosal Almeida bate a Vingegaard en el infierno del Angliru

Joao Almeida reinó en el Angliru y consiguió imponerse ante Jonas Vingegaard. Aguantó el danés un ritmo endiablado en las durísimas rampas del coloso asturiano. El del UAE consiguió llevarle al límite, aunque no logró soltarle en los últimos kilómetros, cuando parecía que el líder de la carrera no podía más. Llegaron juntos a la línea de meta, por lo que no queda, ni mucho menos, resuelta la carrera. Eso sí, parece que serán los dos quienes se disputarán llegar de rojo a Madrid.

Sexta victoria del UAE en esta Vuelta a España 2025 y golpe directo a la carrera, puesto que se confirman como la verdadera alternativa a Vingegaard. Había muchas dudas sobre el portugués, que ha sido el gran protagonista a lo largo de la ascensión. Se subió a su ritmo, sólo el danés aguantó y muy a duras penas. Sufrió mucho el bicampeón del Tour para mantenerse a rueda del luso, que se llevó con pleno merecimiento el mayor triunfo de su carrera.

Llegó el día. El coloso Angliru esperaba a su nuevo rey. Una cima mítica, a pesar de su relativa juventud en la carrera española, puesto que se subió por primera vez en 1999. Allí, hace 26 años, el Chava Jiménez se consagró y en su décima subida desde entonces las miradas apuntaban sólo a un hombre: Jonas Vingegaard. La Vuelta entraba en la siempre decisiva Asturias y lo hacía con el danés vestido de rojo, con el objetivo de convertirse en el primer ciclista en coronarlo en primer lugar siendo líder de la carrera.

Etapa larga la de este viernes, con inicio en Cabezón de la Sal (Cantabria), antes de entrar en el principado asturiano. Recorrido de más de 200 kilómetros, llano en su mayoría, hasta llegar a la Mozqueta, el primero de los tres puertos del día. Propicio para que una fuga lograra ganar tiempo para asegurarse la victoria en el Angliru. Pero en el Visma lo tenían claro. Endurecieron el ritmo, no metieron a nadie en la fuga y abortaron cualquier intento de ganar que no fuera el de su líder. Se rodó muy rápido, recortando en media hora la previsión de llegada.

Entre los destacados que entraron en esa escapada numerosa aparecían Vinokurov, Jungels, Pedersen, Cepeda o Tiberi. Eran cerca de cuarenta corredores, pero se fueron reduciendo al llegar a la Mosqueta, y qué decir ya en el Cordal, donde el joven Vinokurov, hijo del campeón de la Vuelta de 2006, coronó en primer lugar. Quedaba un descenso húmedo y peligroso antes de comenzar lo más duro de la jornada y de estas semanas de carrera.

En la Mozqueta, Castrillo sufrió una caída y abandonó la carrera. En esas primeras rampas, Ayuso se dejaba llevar, mientras que ya en el Cordal se quedaban atrás Landa o Marc Soler. El grupo principal quedaba reducido a apenas 15 corredores. Sólo tres hombres habían quedado por delante del UAE y de Q36.5, para ayudar en el Angliru a Almeida y Pidcock, mientras que Visma no había metido a nadie, teniendo clara la misión de controlar en todo momento la etapa.

El Angliru decide la Vuelta

Se bajó el Cordal y, sin tiempo, comenzaba lo bueno. Llegaban las primeras rampas de un Angliru que siempre es juez de la carrera. No iba a ser menos en esta edición. No había ataque que valiese, ni siquiera ayudas. La dureza de las cuestas hacen imposible que triunfe cualquiera que sea el más fuerte del pelotón. Lucía un sol como pocas veces se ha visto en este puerto que es historia del ciclismo mundial.

Comenzaba la primera rampa, con Vinokurov, Cepeda y Jungels en cabeza, y se formaba el lío. De nuevo, los activistas propalestinos irrumpían en la carrera. Esta vez, a pie de puerto. Paraban a los tres escapados, eran contenidos por la Guardia Civil y los tres retomaban el curso. Por suerte no influía para la etapa ni para la general, puesto que el triunfo de etapa iba a estar por detrás. Dos minutos más tarde llegaba el pelotón, ya sin incidentes. Un grupo que no superaba la veintena de corredores.

Los tres primeros kilómetros, con una pendiente media del 8%-9%,  discurrían con el UAE tirando del pelotón, con un rescatado Oliveira, que dejaba los mandos pronto a Vine. Almeida estaba acompañado por el líder de la montaña y Grossschartner; Vingegaard, con Kuss y Jorgenson; Hindley, con Pellizzari, mientras que Ciccone, Gall y Tom Pidcock lo hacían sin compañeros. Entre ellos iba a estar la etapa y, también, la carrera.

Se daban un respiro a los cinco kilómetros de subida, en el breve descanso antes de comenzar lo insufrible. Vine se echaba a un lado, mientras que Pellizzari y Ciccone tampoco podían y cedían. Al 16%, las piernas no le daban más de sí tampoco a Jorgenson, dejando un poco más solo a Vingegaard. Tiraba Grossschartner, intentando hacerle más dura aún la subida al danés cuando se entraba en Les Cabanes. Allí cedía Pidcock, dejando un grupo de cabeza de carrera de cuatro corredores.

Almeida, Vingegaard, Kuss y Hindley eran los cuatro que encabezaban la subida, con el portugués intentando imponer su ritmo para soltar al líder. Conseguía descolgar a los dos últimos, yéndose en cabeza los dos principales favoritos para la victoria final en Madrid, confirmados como tal en estas rampas. Quedaba todavía lo peor, después de nueve kilómetros ya de subida: la Cueña les Cabres.

Almeida domina ante Vingegaard

Llegaban pendientes del 18%, del 20%… y Jonas Vingegaard iba realmente al límite. O, al menos, eso parecía. Almeida se retorcía sobre la bicicleta, imponiendo un ritmo endiablado, dentro de que las rampas les hacían ir muy despacio. Comenzaban la Cueña, con su infernal 23,5%, y el danés aguantaba sobre su bicicleta. No terminaba ahí. Quedaba un kilómetro muy duro antes de llegar al descansillo final.

La agonía se hacía de lo más evidente ya en un Almeida colosal, que había impuesto en todo momento su ritmo en la ascensión a este Angliru. Picaba la carretera aún al 20% y el luso no se daba por vencido. Quería soltar a Vingegaard, aunque el líder de la Vuelta aguantaba como podía. Y en el kilómetro final, ya cuando lo peor había pasado, consiguió el portugués mantener a raya a su rival para conseguir inscribir su nombre entre las leyendas que consiguieron reinar en el Angliru.