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Liga Santander 2019-2020: Celta – Real Madrid

Zidane gana con sus clásicos

El Real Madrid ganó con los de siempre. A falta de Pogba y con Hazard lesionado, Zidane tiró de sus clásicos y sus clásicos respondieron en Balaídos. Ramos, Kroos, Marcelo, Modric, Benzema… hasta Bale, inesperado titular, se marcó un gran primer tiempo. Los blancos fueron muy superiores a un Celta blandito y se impusieron por 0-3 gracias a los goles de Benzema, Kroos y Lucas Vázquez. Ni siquiera la injusta expulsión de Modric a falta de media hora hizo peligrar la victoria del Real Madrid.

Zidane eligió a Bale. Con un par. Bueno, con otros diez, para ser exactos. Después de decirle a la carita que no contaba con él, de estar cien días en el mercado, de aquella frase de «si se puede ir hoy, mejor que mañana», de tener un pie y medio en China, llega el primer partido de Liga y Bale titular. Para flipar. Vamos, como si Pedro Sánchez hace mañana vicepresidente a Pablo Iglesias. O a Aznar.

Chirriaba ver a Bale entre los elegidos, aunque es cierto que el galés está entre los cinco mejores futbolistas de la plantilla del Real Madrid. Será porque a la fuerza ahorcan pero a Zizou, sin Hazard ni Asensio, no le quedaba más remedio que tirar del galés. Y de Vinicius, al que había dado poca bola en pretemporada. Mensaje para Isco, condenado al banquillo a pesar de las bajas, justo al ladito de James, otro de los recuperados para la causa… a la fuerza.

El nuevo once del Real Madrid sonaba a viejo o a clásico, que no es por ofender. Vamos, que si le metes al sancionado Carvajal y al añorado Cristiano Ronaldo, son los mismos de los últimos cinco años con Courtois por Keylor. Enumeremos sin más dilación a los once elegidos por Zidane que nos coge el toro: Courtois; Odriozola, Ramos, Varane, Marcelo; Casemiro, Kroos, Modric; Bale, Benzema y Vinicius. Y con esos once arrancaba el Real Madrid la Liga en Balaídos.

Y la arrancó con ánimo y una más que notable presión alta sobre la salida de balón del Celta. Era como si los jugadores del Real Madrid quisieran borrar de un plumazo una pretemporada espantosa y, de paso, sacudirse el sambenito de perezosos. Respondieron los vigueses con un par de cornadas sobre Benzema y Marcelo para intimidar. La pelota era del Madrid, pero las ocasiones se resistían en los primeros diez minutos.

¿Un Bale renacido?

No perdonaría el Real Madrid a la primera. Comenzó la jugada con una recuperación de Casemiro en el centro del campo. El brasileño tocó para Kroos y éste para Marcelo, que vio a Bale en la banda izquierda. El galés arrancó la moto, aceleró con su zancada de pura sangre, sentó a Kevin, levantó la cabeza y atisbó a Benzema emboscado en el área pequeña. Se la puso y el francés sólo tuvo que poner el pie para empujarla y hacer el 0-1 para el equipo de Zidane.

El Celta acusó el gol y el Real Madrid se vio cómodo con viento a favor. Lo mejor que se podía decir de los de Zidane es que habían pasado 25 minutos sin conceder ni una ocasión. Courtois ni había salido en la tele. Sí que lo hizo justo a la media hora después de una buena maniobra de Aspas que pilló mal parada a la defensa del Madrid. La asistencia final del capitán vigués la tocó Varane con la puntita de la bota para abortar el remate del Toro Fernández en boca de gol. Respiraba Zidane.

Respondió Modric por un buen disparo colocadito que sacó abajo Rubén. Era el minuto 35 y el partido empezaba a romperse. El dibujo de Zidane había mutado en un 4-1-4-1 con Casemiro de ancla y Bale y Vinicius currando lo suyo en los costados. El propio Bale tuvo en sus pies el 0-2 después de un gran desmarque de ruptura pero lo evitó Rubén con una estirada prodigiosa.

El VAR salva a Odriozola… y condena a Modric

Y entonces estuvo a punto de cumplirse la ley del fútbol al filo del descanso. Odriozola regaló una pelota estúpida al Toro Fernández, que asistió a Aspas y este regaló el gol a Brais. Estrada lo concedió pero desde el VAR le avisaron de que había fuera de juego tan claro como inadvertido de Iago Aspas. El VAR salvó a Estrada y a Odriozola de sus groseros errores y al Madrid de irse 1-1 al descanso.

En la reanudación apareció rauda la conexión Marcelo-Benzema para dibujar un jugadón en la frontal del área del Celta, pero el disparo final del francés se marchó fuera por un palmo. Y después tuvo Iago Aspas el 1-1 en un mano a mano clarísimo ante Courtois. El belga sacó un pie como si fuera de chicle para evitar el tanto. Paradón. No hay debate.

Luego volvió a aparecer en acción el VAR para liarla. Entre el VAR, el cambio de normativa, y la obediencia máxima de Estrada a sus jefes, se llevó Modric una roja inmerecida y exageradísima por un pisotón involuntario. El Real Madrid se quedaba con uno menos y con más de media hora de partido por delante.

La roja espoleó al Celta, que tuvo el 1-1 en la cabeza de Araújo. Lo evitó Courtois con una mano imposible a bocajarro. Era la segunda vez que el meta del Real Madrid salvaba a su equipo. Pues eso: no hay debate. Y del 1-1 pasaron los de Zidane al 0-2 con un golazo de Kroos, que se sacó un zapatazo a la escuadra desde el aeropuerto de Vigo. La pelota trazó una línea recta y se alojó en un lugar imposible para Rubén.

Golazo de Kroos

Zidane metió a su protegido Lucas Vázquez –convertido en meme este verano– por Vinicius, fundido y un poco tristón. El Celta se encomendaba a Iago Aspas, pero ni siquiera un delanterazo como él puede ser el hombre orquesta. Mientras, el Real Madrid se hacía fuerte atrás para proteger el preciado botín del 0-2.

Isco por Bale fue el segundo cambio de Zidane en el 74. El galés y el técnico se saludaron bien por sinceridad o bin por postureo. Cinco minutos después el Real Madrid sellaba el tercero después de un jugadón coral en el que participaron hasta cinco jugadores: Casemiro, Marcelo, Isco, Benzema y, finalmente, Lucas Vázquez. El gallego marcaba el 0-3 y abrochaba el primer triunfo del Real Madrid en una Liga que promete ser muy larga.

Los diez minutos finales más el alargue sirvieron para ver el debut de Jovic, un tipo que será importante para Zidane, y para confirmar que el Celta hizo el gol del honor contra diez gracias a una gran acción de un chico de 18 años que debutaba: Iker Losada. El Real Madrid debutó en la Liga con un golpe de autoridad y Zidane, a falta de Pogba, ganó con sus clásicos.