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La Liga: Barcelona-Getafe

El Barcelona gana por inercia al Getafe

Lewandowski anotó el único gol del partido en la primera mitad

El Barcelona sigue líder una jornada más con 21 puntos en la clasificación

Así hemos vivido el partido entre el Barcelona y el Getafe

El Barcelona ganó al Getafe por 1-0 por inercia, con pereza y con mucho aburrimiento. Los de Hansi Flick sumaron tres puntos más, que ya son 21, para permanecer imbatidos en una Liga que parece que va a perder muy pocos partidos. Robert Lewandowski, el de siempre, hizo el único tanto del encuentro tras un error clamoroso de David Soria en la primera parte. Mayoral tuvo una ocasión manifiesta en el último minuto, pero erró inexplicablemente.

Hansi Flick tampoco cambiaba mucho respecto a los últimos partidos. Lógicamente a Iñaki Peña, que era el inquilino de la portería del Barcelona por la grave lesión de Ter Stegen. Luego, Pedri se quedaba en el banquillo descansando, mientras que era Pablo Torre el que ocupaba su posición. Arriba, los tres tenores -Lamine Yamal, Raphinha y Lewandowski- volvían a protagonizar el ataque culé.

El conjunto azulgrana quería seguir un día más en lo más alto de la clasificación, hacer el siete de siete y sumar los 21 puntos de 21 posibles. Enfrente un Getafe siempre correoso, difícil de atacar y mostrando una fortaleza física única en la Liga. José Bordalás salía con un once titular, pero todavía sin Mayoral. Y el inicio del choque se mostró con muchas precipitaciones y sin ningún dominador claro. De hecho eran los getafenses los que sorprendían en Montjuic a su rival. Pero la balanza se desequilibró por el de siempre (Lewandowski) en el minuto 17 de partido.

Koundé pisó la linea de fondo, centró al área y David Soria en un error impropio y de juvenil se le escapó el balón y ahí apareció, quién sino, el de siempre, Robert Lewandowski para empujar la pelota y hacer el 1-0. Los jugadores del Getafe no se lo creían, pero el Barça ya ganaba antes del minuto 20 casi sin quererlo.

El Getafe salió valiente en el partido, pero fue recibir el primer gol y el equipo se hundió en su área. El Barcelona, como decimos tras el gol, embotelló al conjunto madrileño y a partir de ahí vino el monopolio culé. No tanto en ocasiones, pero sí en juego y en peligro aparente sobre el área de los de Bordalás. Todo, cómo no, por las dos bandas: con Raphinha por la izquierda y Lamine Yamal por la derecha. 

El Barcelona mantiene el dominio

Tras el descanso, el Barcelona metió una marcha más. Con el Getafe más replegado y el conjunto azulgrana haciendo lo que ha venido acostumbrando este inicio de temporada, que es el de ir a por más goles pese a ir por delante en el marcador. Cosa que, por cierto, con Xavi no ocurría la pasada campaña.

Pasaban los minutos pero lo que pasaba era literalmente nada. Sólo eso, el paso de los minutos y poco más, porque ocasiones brillaron por su ausencia. Y nada más cumplirse la hora de partido y al ver que el marcador no se movía, tanto Flick como Bordalás (aunque desde el hotel por prescripción médica) movieron el banquillo. El alemán dio entrada a Ferran Torres por Pablo Torre, mientras que el Getafe hizo un triple cambio dando entrada a Keita, Mayoral y Arambarri. A ver si moviendo el avispero también se movía el luminoso…

Partido soporífero

Pero ni los cambios modificaron el guión del encuentro. Uno de los encuentros más soporíferos y aburridos de la temporada y por supuesto del Barcelona, que venía de meterle siete goles al Valladolid, cuatro al Girona y cinco al Villarreal. Y es que el Barça ganó el encuentro por inercia, por dinámica, por ser el líder y por ser un equipo que pase lo que pase, parece que esta temporada va a perder muy pocos partidos.

Y no fue hasta el minuto 82 cuando Raphinha tuvo la ocasión más clara de la segunda mitad. Un gran centro de Koundé desde el costado diestro le dejó solo para que de cabeza rematase el partido. Sin éxito, envió el balón fuera. El brasileño no se lo podía creer. El Barcelona acabó pidiendo la hora ante un Getafe que buscó el empate en los últimos minutos del partido, aunque sin éxito.