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El Barça regala la Liga

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El Barça regala la Liga
Guillermo Sáez

Se acabó. El FC Barcelona ha tirado a la basura el último boleto que todavía conservaba en su utópica aspiración de seguir luchando al título de Liga. Ofuscado tras su eliminación europea, volvió a completar un ejercicio de impotencia ante el Cádiz, que pescó en agua revuelto para firmar una victoria vital y salir de la zona de descenso. Adiós a la racha de siete triunfos seguidos en Liga y camino aún más despejado para que el Real Madrid, ya con 15 puntos de ventaja, se corone campeón más pronto que tarde.

El Camp Nou volvía a abrir sus puertas cuatro días después del aquelarre que firmó el Eintracht tanto en el césped como en las gradas. La primera consecuencia fue que los miembros de la Grada de Animación, el sector más festivo y ruidoso de la hinchada, se quedó en casa como señal de protesta y Ter Stegen empezó sin afición en la zona justó detrás de su portería. Mal presagio para empezar una noche que invitaba a la pereza y la melancolía. No falló el guión.

Xavi introdujo varios cambios en su equipo inicial, obligadas tanto en defensa, con las bajas de Piqué y Araujo, como en la medular, donde empezaba la vida sin el añorado Pedri. Oportunidad para Lenglet, Dest y en ataque para Memphis Depay, que ocupó el rol de ariete habitualmente reservado a Pierre-Emerick Aubameyang.

Poco importaron las variaciones. El Barça volvió a ser el equipo pastoso y previsible de los últimos partidos, cada vez más lejano el recuerdo de aquel deslumbrante Clásico en el Santiago Bernabéu. Una vez más, la fórmula fue binaria: Ousmane Dembélé y diez más. El francés, siempre por libre para bien o para mal, no se cansó de pedir la pelota y desbordar por su banda al ‘Pacha’ Espino. De poco le sirvió a su equipo.

El Cádiz nunca había perdido con el Barça desde su retorno a Primera (dos empates y una derrota) y envalentonado por sus buenos precedentes se plantó solvente en el Camp Nou. Muy bien replegado atrás y esperando su ocasión para salir a la contra. Lo de casi siempre con los equipos visitantes y, no por conocida, es poco eficaz la fórmula. A la media hora de juego, Lucas Pérez tuvo la más clara de la primera parte, una contra lanzada por Sobrino con pase de la muerte al gallego, que tenía toda la portería a su antojo y mandó la pelota fuera.

Primer aviso del Cádiz entre el ambiente de tensa calma que se respiraba en el Camp Nou. ¿Cuántas caras distintas puede ofrecer un mismo equipo a lo largo de una temporada? Dembélé, quién si no, tuvo la mejor de los azulgrana antes del descanso. Su eslalon febril dejó a varios rivales por el camino y topó con la mano ágil de Ledesma, que detuvo el disparo cruzado del francés. Descanso.

Pura impotencia

Nada más empezar la segunda parte, la confirmación de que otra chirigota planeaba sobre el Camp Nou. Firmó el mazazo Lucas Pérez para rehabilitarse de su increíble fallo de la primera mitad. El Cádiz pudo marcar el gol tres veces. Sobrino cabeceó a bocajarro y paró Ter Stegen, que respondió una segunda vez al ciudarealeño. Lucas fusiló a placer con el portero finalmente vencido. La defensa local lo miraba todo sin intervenir. De traca.

Otra vez abajo en el marcado y otra vez se buscaban líderes con camiseta azulgrana. No llegó el arrebato instantáneo y la reciente lección del Eintracht recordaba que mejor no dejar la faena para el final. Xavi introdujo a Aubameyang en lugar de un inoperante Memphis, pero el gabonés tampoco lograba cazar ninguna pelota jugosa. El Barça inclinaba el duelo a su favor, pero volvía a faltarle clarividencia en los metros finales.

El único inspirado seguía siendo Dembélé, pero sus zambozazos desde fuera del área encontraban la acertada respuesta de Ledesma. A eso se veía obligado el Barça, a bombardear desde lejos porque no acertaba con los pases interiores antes un Cádiz cada vez más seguro y afianzado en la apuesta que podía sacarle de los puestos de descenso. ¿La grada? Esta vez culé, pero resignada a otro mal partido de los suyos.

En medio del sainete firmado por Frenkie de Jong o Lenglet, entre otros coautores, Cádiz firmó otra contra de manual y Álex Fernández perdonó el segundo gol del equipo andaluz. Igual que Lucas en la primera parte, la mandó fuera cuando apenas tenía que empujarla. Quedaba un cuarto de horas para el final e ingresaba en el campo Luuk de Jong. El extintor holandés rozó el empate en su primer contacto con la pelota.

Esa jugada inició el asaltó culé a la desesperada. Otro patadón al libreto de Xavi. El Barça embotelló al Cádiz hasta tal punto que Eric García estuvo a punto de marcar con el enésimo disparo desde fuera del área que Ledesma despejó con muchos apuros. Después los visitantes le pegaron al poste y Aubameyang volvió a chocar con un Ledesma agigantado por momentos. Fue la última de un equipo que se ha derrumbado en el instante clave de la temporada.

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