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Suma su cuarto triunfo consecutivo ante el Khimki

El Barça confirma su resurrección europea en Moscú

Nueva victoria en la Euroliga del Barcelona de Pesic, y ya van cuatro seguidas. El conjunto azulgrana conquistó Moscú al imponerse al Khimki (80-87), en un encuentro jugado de poder a poder, abierto hasta el último minuto, y en el que el Barça estuvo firme para mantener la escasa renta que le acompañó durante toda la segunda parte. Tomic y Heurtel fueron los mejores del cuadro español, mermando a un Khimki liderado, como casi siempre, por Alexey Shved.

Pese a venir de encajar la primera derrota en la Liga Endesa, Svetislav Pesic supo dar frescura a su equipo con rotaciones meditadas y su Barça Lassa, sin complejos, encontró la fórmula para secar a Shved a tiempo y de provocar un cruce de cables en el ataque de un Khimki que se vio, de nuevo, superado en su quinta derrota en seis jornadas.

No obstante, dos de esos tropiezos fueron por la mínima y su balance (1-5) no hace seguramente justicia a la calidad de un equipo que, eso sí, poco pudo hacer ante los blaugranas. La tarde fue para Thomas Heurtel, con acierto en el tiro y en la creación de juego (18 puntos y 8 asistencias), bien conectado con el poder interior de Ante Tomic y Chris Singleton, con 16 puntos cada uno.

Sin esos altibajos que a veces lastran al equipo, o las desconexiones mentales en momentos clave, esta vez el Barça confirmó lo que ha venido enseñando en sus anteriores partidos; que quiere volver a ser temido en Europa. De momento, en una pista complicado, sacaron buena nota pese a no contar con Kevin Séraphin, descartado, y rotar a Blazic y Pustovyi.

Pese a perder el primer cuarto (23-19), el Barça Lassa no se dejó intimidar. Con una defensa que fue aprendiendo a frenar a un Shved que rápido superó los 20 puntos y que tenía en sus manos el 40% de la anotación de su Khimki, el equipo catalán fue a más y logró irse al descanso con un 38-38 que dejaba todo abierto.

En la segunda parte, un tercer parcial de 21-29 permitió al Barça escaparse hasta los 11 puntos de ventaja (56-67, con un triple de Pierre Oriola). Una diferencia holgada, visto lo visto, que obligó al Khimki a precipitarse dando velocidad a sus ataques o a toparse con el muro blaugrana. Y ahí, con Claver y Oriola enchufados en su vertiente defensiva, ayudaron a mantenerse arriba.

Un 21-20 en el último parcial no fue suficiente para el Khimki, que con 80-84 y un minuto de juego no supo ver aro. El Barça, muy bien en la línea de tiro libre, no aflojó y Shved, ya cansado y desconectado desde que en el tercer cuarto cometió la cuarta falta y tuvo que estar demasiado tiempo fuera del partido, no atinó en unos triples mal seleccionados.

A todo ello, el Barça cantaba ya victoria. La cuarta en esta Euroliga (4-2), todas ellas seguidas, y justo antes de volver a salir del Palau Blaugrana en otras dos salidas difíciles a Kaunas y Atenas para medirse al Zalgiris de Sarunas Jasikevicius y al Panathinaikos de Xavi Pascual.