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El Atlético sopla las velas de campeón de invierno

Un gol de la "araña" resuelve el embrollo ante un combativo Osasuna

Partido muy espsso en ataque del Atlético, que mejoró con la entrada de Lino

Nuevo récord de victorias consecutivas: el contador ya está en 14

El Atlético sopla las velas de campeón de invierno y abrocha un nuevo récord de victorias consecutivas. El contador está ya en 14 tras haber pasado por la piedra a un combativo Osasuna que le puso las cosas muy difíciles al equipo de Simeone, muy atascado arriba. Julián Álvarez colocó en orden el cubo de Rubik en el arranque de la segunda parte y la defensa hizo luego el resto del trabajo. Lino se unió a la causa con una aportación muy positiva tras el descanso y Le Normand cumplió en su primer partido comprometido como titular tras la lesión. Ahora toca cambiar el chip y pensar en la Copa porque el miércoles espera el Elche en el Martínez Valero.

El equipo no quiso firmar ningún armisticio y salió al campo con la intensidad que se le supone a un aspirante al liderato. Griezmann marcó a los siete minutos, pero el gol no subió al marcador porque el jugador impactó el balón con el codo, y a los 13 un carrerón estilo Carl Lewis de Giuliano acabó con un pase a Julián en el punto de penalti, pero la araña no estaba en la postura adecuada y a lo único que pudo aspirar fue a un remate blando que no le causó demasiadas complicaciones a Herrera.

El gol anulado a Griezmann por mano. #LaCasaDelFútbol #LALIGAEASPORTS pic.twitter.com/h35aK9Ejkg

El partido entró después en un preocupante letargo que duró hasta que Díaz de Mera mandó a los futbolistas a los vestuarios. Sólo lo interrumpió Moi Gómez con una fantasía desde medio campo que de nuevo no tomó portería y que dejó el primer tiempo como empezó, con un empate a cero insuficiente para el Atlético, que estaba obligado a mucho más en el segundo acto.

Consciento de ello, Simeone aumentó la munición con Lino, sustituto de Gallagher al regreso de vestuarios, y la jugada le salió muy bien. El equipo metió a Osasuna en una baldosa y el balón empezó a rondar el área de Herrera con evidente peligro hasta que a los 54 minutos, tras un saque de esquina, Griemann dibujó un pase maravilloso al segundo palo, donde Lenglet cedió con la cabeza a Julián, que esta vez no perdonó e hizo añicos la lata de conservas navarra.