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CHAMPIONS

El Atlético deja vivo al Borussia y sufrirá en Alemania

Juega una primera parte de ensueño, pero se complica en la segunda

Lino tuvo el 3-0 y casi de inmediato Nahuel regaló el 2-1

Julian Brant remató a la escuadra en la última jugada del partido

Conoce todos los detalles del resultado del partido Atlético- Dortmund

El Atlético deja vivo al Borussia y le tocará sufrir en Dortmund para defender la ventaja mínima que adquirió en un partido de luces y sombras en el que pasó de poder golear a acabar sufriendo para mantener el resultado. Pasó casi en la misma jugada del 3-0 al 2-1 y luego tuvo que agradecerle a la madera que fuera su aliada porque hasta en dos ocasiones remataron los alemanes al palo en unos minutos finales de absoluta agonía, con Julian Brandt cabeceando a la escuadra en la última jugada de la noche. Los cuartos de final se trasladan ahora al Signal Iduna Park, donde al Atlético le espera un verdadero infierno.

Álvaro Morata elevó las pulsaciones de la grada en el primer minuto de juego pisando el área con ventaja suficiente como para haber ensayado el disparo, pero estuvo lento en la ejecución y permitió a la defensa del Dortmund deshacer el peligro, aunque en realidad lo único que consiguió fue retrasar su destino un ratito porque a los cuatro minutos De Paul le robó un balón a Maatsen en zona prohibida y, solo ante Kobel, metió la puntera para poner en pie a todo el estadio.

En otras circunstancias el 1-0 hubiera contentado al Atlético, pero esta vez el gol fue el pistoletazo de salida para un zafarrancho de ataque total en busca de un premio mayor. Al Borussia se le vino encima un ciclón y lo único que pudo hacer fue buscar un refugio para guarecerse. Directo, vertical y dañino, el equipo de Simeone pisó el área una y otra vez y le regaló a su afición una demostración de superioridad de tal calibre que fue un verdadero milagro que no se llegara al primer cuarto de hora con la eliminatoria resuelta.

30 minutos y ocho córners en contra necesitó el Dortmund para descubrir que había vida al otro lado del campo. Jadon Sancho forzó el primer saque de esquina para los alemanes y en la banda Edin Terzic respiró por primera vez creyendo que por fin había amainado el temporal. Sin embargo estaba muy equivocado y no tardó en comprobarlo. Dos minutos más tarde Morata robó un balón y el tránsito hacia Griezmann acabó en un pase a Lino, que controló y resolvió con un toque sutil que dejó fuera de combate a Kobel y volvió como loco a Simeone, que no pudo contener la alegría.

Obligado ya a volver de entre los muertos, el Borussia renació en la recta final de la primera parte y forzó dos ocasiones, la primera en un disparo lejano de Maatsen que embolsó Oblak y la segunda, al borde del descanso, en un remate alto en el área de Jadon Sancho que abrochó un primer acto en el que todo fueron buenas noticias rojiblancas con la única excepción de la tarjeta que vio Samu Lino que le incapacita para jugar la vuelta la próxima semana.

Julian Brandt apareció tras el descanso para cambiar la dinámica y lo cierto es que el arranque del segundo acto se desarrolló en el área de Oblak, que tuvo que intervenir dos veces en los cinco primeros minutos. De vuelta a la realidad, el Atlético buscó fórmulas para resolver el problema y acabó acudiendo a la más obvia: darle el balón a Griezmann. El francés aceptó el reto y sacó la chistera para servirle un pase de genio a Nahuel, que obligó a arrojarse al suelo a Kobel para evitar el 3-0.

El aviso del argentino intimidó de nuevo al Borussia, que ya no fue tan valiente ante la amenaza de que un tercer gol en contra acabara con la eliminatoria. Simeone aprovechó para retirar a Morata y meter arriba a Llorente para que corriera al espacio y en una falta sacada por Griezmann a los 74 minutos Lino tuvo el gol definitivo, pero Kobel se lo sacó a bocajarro para desesperado del brasileño, que ya había empezado a celebrarlo.

La parada del portero fue clave en el partido. De un 3-0 que hubiera sido definitivo se pasó casi de inmediato al 2-1 en un error de Nahuel -cómo no-, que en vez de despejar le entregó un balón de gol a Sebastian Haller, que por supuesto no desperdició el regalo y batió a Oblak con un disparo raso en el área que silenció al estadio y metió definitivamente a los alemanes en un partido el que estuvieron groggy durante muchísimos minutos, pero que no acabaron empatando de verdadero milagro. Ahora habrá que jugársela en Dortmund dentro de seis días.