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PRIMERA DIVISIÓN / JORNADA 4

El Atlético celebra con victoria los 12 años de Simeone

En el aniversario del fichaje del Cholo suma tres puntos claves ante el Sevilla

El equipo se va de vacaciones tercero, a siete puntos de Real Madrid y Girona

Marcos Llorente marcó el único gol y el Atlético se volvió a quedar con uno menos

El Atlético celebra con victoria los 12 años de Simeone como entrenador rojiblanco en un partido de máxima tensión que, al igual que sucedió el martes ante el Getafe, le obligó a jugar con uno menos durante un buen rato por expulsión de Soyuncu. Llorente marcó el único gol del encuentro y el equipo sobrevivió a un arbitraje desquiciante de Soto Grado, que crispó al estadio con una actuación surrealista.

Situado a siete puntos de Girona y Real Madrid y con el partido de Montilivi en todo lo alto para estrenar 2024, al Atlético le quedan pocas balas en el cargador y si hoy se hubiera dejado dos o tres puntos en el camino ya hubieran sido irrecuperables. De momento se va tercero al parón navideño, por delante del Barcelona, pero la plantilla reclama a gritos un centrocampista de contención. Si no llega un jugador de nivel para esa demarcación en el mercado de invierno las opciones serán mínimas.

El Sevilla empezó travieso con una advertencia de Rakitic, que intentó sorprender a Oblak desde el medio campo. Una carta de presentación a la que respondió el Atlético con una pared entre De Paul y Morata que dejó solo al madrileño ante Dmitrovic, aunque algo forzado y con ventaja para el portero serbio, que rechazó el primer disparo entre los tres palos del partido.

Ocampos lo intentó poco después cabeceando en plancha a las manos de Oblak, pero a partir de ahí el partido viró hacia el lado rojiblanco de manera definitiva. Con Riquelme y Lino asociándose continuamente, el equipo de Simeone flirteó varias veces con el 1-0, de manera especial Griezmann con dos disparos desde lejos a los que les faltó muy poco para llevarse el premio. El francés fue de los más activos de la primera parte, al igual que un Morata que llevó al límite a Gudelj porque el capitán de la selección fue capaz de encontrar espacios allí no parecía caber ni una aguja.

Sin embargo, pese a todo su dominio, aplastante ante un rival que no sacó la cabeza de su área, el Atlético llegó al descanso no sólo con el marcador a cero, sino sin haber exigido de verdad ni una sola vez a Dmitrovic. Es cierto que frecuentó la zona de castigo visitante y que metió al Sevilla muy atrás, pero sin argumentos suficientes como para haberse marchado al descanso con ventaja. Sin duda iba a ser necesario algo más en el segundo acto para sumar tres puntos absolutamente imprescindibles.

Simeone no necesitó ni un segundo más para mover piezas. Llorente y Correa aparecieron tras el intermedio en sustitución de Riquelme y Nahuel y el equipo reaccionó de inmediato. En el primer minuto del segundo tiempo Koke advirtió el desmarque de Llorente, que ganó espacio por el extremo para recoger él mismo el rechace de su centro a Morata y batir a Dmitrovic con un disparo cruzado absolutamente inapelable. Un golazo para dejar claro quién debe ser esta temporada el carrilero diestro titular.

La mutación del marcador cambió de manera radical el partido. Quique tiró de En Nesyri y Sow y Simeone respondió con Saúl, la opción conservadora de siempre, en esta ocasión más acentuada incluso ya que quien se fue al banquillo fue Morata. La consecuencia inmediata era evidente: el Atlético empezó a hundirse atrás mientras el Sevilla ganaba metros. En la grada comenzó a oírse un run run familiar: era exactamente lo mismo que había sucedido cuatro días antes frente al Getafe. A los 62 minutos Ocampos forzó por primera vez a Oblak para alimentar la amenaza de la variante.

El Cholo trató de darle solidez al equipo con Soyuncu, pero fue peor el remedio que la enfermedad porque al turco no se le ocurrió otra cosa que hacer una entrada salvaje en su primera intervención en el partido. Soto Grado le mostró la amarilla, pero De Burgos Bengoetxea le aconsejó que revisara la jugada en el monitor y ahí quedó todo claro. Por segundo partido consecutivo el Atlético perdió por expulsión a uno de sus centrales y la solución inmediata fue retirar a Griezmann y hacer debutar esta temporaa al mozambiqueño Reinildo.

Todo lo que pasó a partir de ese momento fue sufrimiento en estado puro para el Atlético, al que el Sevilla le metió el miedo en el cuerpo una y otra vez. Quique metió toda la carne en el asador con Rafa Mir y Januzaj y el ataque rojiblanco pasó a depender exclusivamente de lo que fuera capaz de crear al contragolpe. En ese escenario, aunque el balón no dejó de rondar a Oblak, la oportunidad más clara la tuvo Llorente, que desperdició un mano a mano ante Dmitrovic cuando lo tenía todo a favor. Por fortuna esta vez todo quedó en anécdota, porque el Sevilla amenazó pero no golpeó, y la última tarde del año acabó en triunfo doméstico. Ahora, a cargar pilas y a pensar en el exigente estreno de 2024 en Girona.