Campeón de España de 8-9 años formando binomio con Claudio Castilla

Los aires de Lario de Adama de Susa marcan el futuro de la hípica en España

El binomio formado por el jinete Claudio Castilla y Lario de Adama de Susa se proclamó campeón del Campeonato de España de cabállos jóvenes, en la categoría reina de 8-9 años. Castilla atendió a OKDIARIO para describir la relación entre el jinete y el caballo y las características de la doma

Lario de Adama de Susa
Lario de Adama de Susa, junto a Claudio Castilla.
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

Los aires naturales de Lario, caballo de la yeguada Adama de Susa, representan el potencial de la hípica española, en la siempre prolífica cantera de la doma clásica. Este caballo, reciente ganador del campeonato de España de la categoría de 8-9 años, ha logrado acercarse a la perfección en sus movimientos y a una compenetración total con Claudio Castilla, uno de los jinetes más reputados de nuestro país, que atendió a OKDIARIO para resaltar las cualidades del binomio que forma con el prometedor Lario.

El campeonato de España de caballos menores tuvo en Lario a su principal protagonista. Junto a Claudio Castilla, el caballo de Adama de Susa se impuso en la categoría de 8-9 años, la principal del certamen, y con un dominio apabullante al vencer en las tres pruebas puntuables. Esta es la quinta medalla de Lario de Adama de Susa, en las distintas categorías a las que ha pertenecido por edad, y siempre de la mano de Claudio, con quien trabaja en la actualidad o de la amazona María Albiñana.

El desarrollo del binomio que forman Lario y Claudio Castilla no habría sido posible sin Adama de Susa, una yeguada dedicada en exclusiva a la cría de caballos hannoverianos que con una progresión meteórica, en sólo dos años  se ha situado en primera línea de la Doma nacional. Lario es el referente de la yeguada, que tiene su campo de operaciones en el norte de Madrid.

La unión entre Claudio y Lario de Adama de Susa se produjo hace dos años, y desde entonces ambos han encontrado al eslabón perfecto sobre el que desarrollar todo su talento. Guiado por la experiencia en la hípica de Castilla, el caballo ha podido desarrollar su potencial y apunta a lo más alto una vez finalizada su etapa entre los menores.

«Puedes tener un cierto nivel de comunicación, se juzga mucho la compenetración, según se pone más complicada se necesita más compenetración. Es todo más exhaustivo, con mayor precisión. Cuanta más edad más compenetración se necesita para perfeccionar», recalca Castilla sobre los movimientos y el entendimiento con el caballo.

Los Juegos de Tokio, en el horizonte

En su caso, la adaptación con Lario, por más que trabajada, ha tenido algo de natural, algo clave para alcanzar los mayores éxitos como binomio. «Los caballos requieren de un tiempo de entrenamiento. Son como un niño, tiene que adaptarse, desarrollarse muscularmente, física y mentalmente», asegura el jinete. «Con Lario llevo dos años y tengo una compenetración fenomenal, tiene unos aires muy importantes», añade, elogiando al caballo de Adama de Susa.

El próximo gran reto de Lario y Claudio Castilla son los Juegos Olímpicos en Tokio, una cita en la que el jinete ya se pudo estrenar en 2016, en Río, después de que un desgraciado percance le apartara de la cita de Londres 2012. El jinete cuenta con su participación en la competición por equipos como parte del equipo nacional, y avanza a este periódico que la idea es acudir con Lario, que comenzaría en la mayor cita su periodo de madurez, que en los caballos ronda entre los 10 y los 16 años.

El trabajo de un binomio jinete-caballo

Lejos de lo que pueda preverse desde fuera, la preparación de un jinete de cara a competir al máximo nivel en doma es absolutamente ejemplar, sobre todo en términos de duración. «Monto a caballo diez horas diarias», afirma Claudio Castilla, recalcando que más allá de la preparación física necesaria para mantenerse sobre el caballo, es imprescindible una compenetración máxima del binomio, algo que sólo se logra con horas y horas de trabajo. El entrenamiento del jinete se complementa con sesiones de pilates o piscina de uno o dos días por semana, algo secundario pero también importante para alcanzar el máximo rendimiento.

Esta preparación requiere de una pasión absoluta por el mundo de los caballos. Castilla explica que hay jinetes con «50 o 55 años» compitiendo a un nivel alto, por lo que la durabilidad del profesional de este deporte es mucho mayor en comparación con otras disciplinas olímpicas. Claudio, de 37 años, reconoce que no se ve tantos años compitiendo como algunos de sus compatriotas, pero al mismo tiempo asegura que ve su retiro aún muy lejano y que sí podría luchar por mantenerse una década más al máximo nivel posible.

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