El truco de los expertos con el que tu fregadero no volverá a atascarse nunca más
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Mantener las tuberías del fregadero libres de atascos es fundamental para evitar problemas en la cocina. Muchas veces, los restos de alimentos y grasas se acumulan en las cañerías, provocando atascos que son difíciles de eliminar. Por suerte, hay soluciones prácticas y sencillas que puedes aplicar para prevenir y resolver estos problemas. Asimismo, con algunos trucos de expertos, es posible evitar que el fregadero se atasque. Desde el uso de tapones filtrantes hasta la aplicación de productos caseros como el vinagre y el bicarbonato de sodio, existen métodos que son efectivos, económicos y respetuosos con el medio ambiente.
Además, el mantenimiento regular con ingredientes sencillos como agua caliente o lejía, ayuda a mantener las tuberías limpias y desinfectadas. Aplicar estas técnicas no sólo previene futuros atascos, sino que también contribuye a una cocina más limpia. A continuación, te explicamos el truco infalible que utilizan los fontaneros para que tu fregadero no vuelva a atascarse nunca más.
El mejor truco para que el fregadero no se vuelva a atascar
El fregadero es una de las zonas que más se utilizan en la cocina, y con el tiempo, los restos de comida pueden acumularse en las tuberías, causando atascos. Para evitar que la situación empeore, un truco que utilizan los fontaneros consiste en tapar el rebosadero (el pequeño orificio que evita desbordamientos) con cinta resistente al agua. Esto bloquea el paso de aire y mejora la succión al desatascar manualmente. Este método es útil para evitar que las tuberías se obstruyan por completo.
Soluciones caseras
Mantener las tuberías de tu hogar libres de obstrucciones es esencial para evitar atascos y problemas más graves. Uno de los métodos caseros más efectivos para desatascar desagües de fregaderos, duchas o bañeras es combinar agua caliente y lejía. Este truco puede resolver el problema en minutos, pero es crucial que el agua esté hirviendo para que el método funcione adecuadamente. La lejía, conocida por su poder de limpieza y desinfección, también actúa eficientemente. Simplemente añade un vaso de lejía por cada cinco litros de agua, vierte la mezcla en la tubería, y deja que actúe antes de enjuagar con más agua hirviendo.
Para aquellos que prefieren un enfoque menos agresivo, la combinación de vinagre y bicarbonato de sodio es una excelente opción. Este método natural y ecológico es igualmente efectivo y muy económico. Basta con verter medio vaso de bicarbonato en el desagüe, seguido de agua hirviendo para comenzar a descomponer los residuos que obstruyen la tubería. Después de unos minutos, añade el resto del bicarbonato junto con un vaso de vinagre. El proceso químico generará burbujas y espuma, señal de que la mezcla está haciendo efecto. Al final, enjuaga nuevamente con agua caliente.
Si prefieres soluciones más tradicionales, el desatascador manual sigue siendo una herramienta muy útil para atascos leves. Llena el fregadero o lavabo con agua, cubre el rebosadero para aumentar la presión y usa el desatascador con energía. Este método, aunque básico, es una opción probada y efectiva en muchas situaciones.
Por otro lado, si el atasco es más grave, algunos recurren a la sosa cáustica. Sin embargo, es importante tener cuidado, ya que este producto es altamente corrosivo y puede causar quemaduras si no se manipula adecuadamente. Además, en exceso, la sosa cáustica se puede cristalizar dentro de las tuberías y empeorar la situación. Por lo tanto, si decides utilizarla, asegúrate de protegerte con guantes y gafas, y sigue las instrucciones del fabricante.
Consejos prácticos
Mantener el fregadero limpio requiere una gran constancia. En primer lugar, es fundamental no dejar que se acumulen restos de comida en los platos. Aunque pueda parecer tedioso, dedicar unos minutos a enjuagar los platos después de comer evita la proliferación de gérmenes y facilita la tarea de lavarlos más tarde.
Una vez que el fregadero esté vacío, no es suficiente dejarlo así. Limpiarlo con jabón y aclararlo bien ayuda a mantener su aspecto y a eliminar malos olores. Además, secar las gotas de agua con papel de cocina le dará brillo a las superficies, a menudo olvidadas.
El desagüe es otra parte crucial del fregadero que no debes pasar por alto. Los restos de comida que se cuelan pueden causar malos olores y atascos, por lo que es importante retirarlos y asegurarse de que el sumidero esté limpio. Usar tapones filtrantes es una excelente opción para evitar que los residuos sólidos entren en las tuberías. Estos tapones, además de económicos, son fáciles de limpiar y ayudan a prevenir atascos.
Asimismo, un mantenimiento regular con lejía cada dos o tres días desinfecta y elimina bacterias. Y no te olvides de limpiar las bayetas y los estropajos para evitar la acumulación de gérmenes. Un poco de detergente antibacteriano después de cada uso también ayuda a mantenerlos impecables.
En definitiva, con estos trucos de expertos, tu fregadero se mantendrá libre de atascos.