Todos los baristas lo hacen: el truco de la cafetera italiana para hacer café como los expertos
El origen de la cafetera italiana se remonta a la primera mitad del siglo XX de la mano de Alfonso Bialett. Desde entonces, se ha convertido en imprescindible en hogares de todo el mundo gracias al amplio abanico de beneficios que ofrece: es duradera, fácil de usar y prepara un café exquisito. Ahora bien, para hacer café como los expertos, hay un pequeño truco de la cafetera italiana que debemos aprender. Por muy simple que parezca, los baristas aseguran que marca la diferencia entre un café con buen cuerpo y un sabor delicioso y un café aguado y amargo.
¿En qué consiste este truco? En algo tan sencillo como preparar el café con la tapa levantada. Puede parecer algo trivial, pero los expertos señalan que ayuda a conseguir un café más equilibrado, con más aroma y menos amargor. Otro de los errores más habituales y que conviene evitar es utilizar agua del grifo con mucho cloro; el café es más de un 90% agua, así que su calidad importa tanto como la del grano.
El truco de la cafetera italiana para un café exquisito
Una de las principales razones por las que esta cafetera se ha hecho tan popular es su sencillez. Sólo necesita agua, café molido y calor. Ahora bien, no ofrece tanta precisión como una máquina espresso. El agua hierve en la base, sube a presión a través del café molido y acaba en el compartimento superior. En casi un siglo, su funcionamiento básico apenas ha cambiado, y precisamente por eso, muchos creen que no tiene ningún secreto: se llena de agua, se coloca el café, se enrosca, al fuego y listo. Pero la realidad es que abrir la tapa marcan es clave para que la taza de café quede aromática, suave y redonda.
El café es una mezcla compleja de compuestos: ácidos, azúcares, aceites, cafeína y elementos amargos. Cuando el agua pasa a través del café molido, extrae esas sustancias en el siguiente orden:
- Primero se liberan los ácidos y aromas volátiles, que aportan frescura y notas florales o afrutadas.
- Después llegan los azúcares y aceites, que dan cuerpo y equilibrio.
- Al final aparecen los compuestos más amargos, que conviene evitar en exceso.
El reto es cortar el proceso en el punto justo para que no sobreextraiga el café, dándole un sabor quemado o áspero. El truco de los baristas consiste en mantener la tapa abierta de la cafetera italiana durante la preparación. De esta manera, podemos ver cómo empieza a salir el café, su color y su velocidad. Con la tapa cerrada, todo queda oculto y únicamente nos guiamos por el sonido.
Además, con la tapa abierta, controlamos la temperatura. Si vemos que el café sale demasiado rápido, podemos bajar el fuego al instante. Si lo hace muy lento, quizá la molienda es demasiado fina. Por otro lado, el café nunca debe salir a borbotones, sino que lo ideal es un flujo constante y suave. Con la tapa abierta, podemos asegurarnos de que no hierva ni salpique, evitando así la extracción de los compuestos más indeseados.
Para aplicar esta técnica, conviene seguir los siguientes pasos:
- Llena el depósito hasta justo debajo de la válvula de seguridad, siempre con agua caliente. Así reduces el tiempo en el fuego y evitas que el café se queme antes de empezar a salir.
- Lo ideal es una molienda media, similar a la sal de mesa. Si está demasiado fina, se bloqueará el paso del agua y el café será amargo; si es muy gruesa, quedará aguado. Nunca lo presiones dentro del filtro: basta con llenar hasta el borde y nivelar.
- Coloca la cafetera sobre un fogón pequeño, a baja temperatura. Observa cómo comienza a salir el café: primero un hilillo oscuro, luego un chorro más constante y dorado.
- Si ves que empieza a burbujear, baja el fuego. El café debe tardar alrededor de un minuto en llenar la parte superior; si lo hace en 30 segundos, es demasiado rápido, si tarda más de dos minutos, demasiado lento.
- Cuando escuches el característico «gorgoteo» o veas que el chorro empieza a salpicar, es hora de retirar la cafetera del fuego. No esperes a que suba toda el agua: ese último tramo suele arrastrar compuestos amargos.
- Pasa la base por agua fría del grifo para detener de inmediato la extracción.
- Da unas vueltas suaves al café en la parte superior para homogeneizar el sabor. Así evitas que lo primero en servirse sea más intenso y lo último más aguado.
En definitiva, gracias a este truco de los baristas, el café en cafetera italiana queda realmente delicioso. La próxima vez que la utilices, recuerda la importancia de levantar la tapa, observar el chorro y detenerlo en el momento justo. Ese detalle marcará la diferencia entre una taza de café corriente y una inolvidable.
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