Curiosidades
Salud

¿Secarte la cara con la misma toalla del cuerpo? Esto es lo que los dermatólogos quieren que sepas

Este hábito aumenta el riesgo de infecciones bacterianas

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

El cuidado de la piel es una parte esencial de la rutina diaria, y un aspecto clave de esa rutina es el uso de toallas para secarse después de la ducha o el lavado. Aunque a menudo no pensamos mucho en los detalles de cómo secamos nuestro cuerpo y nuestra cara, el tipo de toalla y cómo la utilizamos pueden tener un impacto significativo en la salud de la piel. Una práctica común, pero potencialmente dañina, es el uso de la misma toalla para secarse tanto el cuerpo como la cara. Sin embargo, los dermatólogos advierten de que las toallas que se usan para el cuerpo están en contacto con sudor, aceites corporales y células muertas de la piel.

Si bien estos residuos no son necesariamente dañinos para el cuerpo, al aplicarlos en el rostro pueden obstruir los poros y aumentar el riesgo de infecciones bacterianas. La transferencia de bacterias como el Staphylococcus aureus o Propionibacterium acnes, causante del acné, puede desencadenar brotes o infecciones cutáneas. Asimismo, al usar la misma toalla para el cuerpo y la cara, los residuos de productos que se aplican en la piel del cuerpo (como aceites corporales, lociones perfumadas o productos anti-transpirantes) pueden entrar en contacto con la piel del rostro, lo que podría provocar reacciones alérgicas o irritaciones, especialmente si tienes piel sensible.

La importancia de usar toallas separadas para la cara y el cuerpo

Para entender por qué secarse la cara con la misma toalla del cuerpo no es una buena idea, es importante comprender las diferencias entre la piel de la cara y la piel del cuerpo. En primer lugar, la piel del rostro es más delgada y contiene una mayor concentración de glándulas sebáceas que la piel del cuerpo. Esto la hace más susceptible a la acumulación de grasa, impurezas y a la irritación por productos o elementos abrasivos.

Por otro lado, el rostro está constantemente expuesto a factores ambientales como la contaminación, el sol, el viento y el frío. Esto hace que la piel facial esté más propensa a la deshidratación, el envejecimiento prematuro y la irritación. Finalmente, la piel de la cara tiene más poros visibles y vellos finos, lo que la hace más susceptible a la obstrucción y a la formación de puntos negros o brotes de acné si no se cuida adecuadamente.

Riesgos

Las toallas, especialmente las que se usan para secarse el cuerpo, son el hogar perfecto para la proliferación de bacterias, hongos y otros microorganismos. Después de usar una toalla para secar el cuerpo, es probable que esté llena de sudor, aceites corporales, células muertas de la piel y, en algunos casos, restos de productos como lociones, geles o perfumes. Esta mezcla de impurezas puede convertirse en un caldo de cultivo para bacterias si la toalla no se lava con regularidad.

Si luego usamos la misma toalla en el rostro, estamos transfiriendo estas bacterias y partículas a una zona mucho más sensible y propensa a irritaciones. Esto puede contribuir a una serie de problemas de la piel, incluidos acné y puntos negros. Las bacterias y el exceso de aceites de la piel pueden obstruir los poros, lo que lleva a la formación de granos, espinillas o puntos negros en la cara.

A esto hay que sumar que la piel del rostro es mucho más sensible a las infecciones y las irritaciones. Usar una toalla sucia o contaminada puede desencadenar reacciones como enrojecimiento, inflamación o brotes de dermatitis. Por último, el roce constante de una toalla sucia sobre la piel puede eliminar la barrera lipídica natural de la piel, lo que puede llevar a la deshidratación.

Consejos para el cuidado del rostro

Estos son algunos consejos para que la rutina de cuidado de la piel sea lo más efectiva posible:

  1. Asegúrate de que la toalla que usas para secar tu rostro sea suave y esté siempre limpia. Lo ideal es que se lave con frecuencia y que esté completamente seca antes de usarla en la cara.
  2. En lugar de frotar la cara con la toalla, trata de secarla con pequeños toques para evitar irritaciones. La piel del rostro es sensible y el roce excesivo puede dañar la barrera cutánea.
  3. Es importante lavar las toallas con regularidad, al menos una vez por semana, para evitar que se acumulen bacterias y hongos. Además, asegúrate de que se sequen completamente después de cada uso, ya que la humedad prolongada puede fomentar el crecimiento de microorganismos.
  4. Además de usar toallas limpias y separadas para el rostro, es esencial seguir una rutina de cuidado de la piel que incluya limpiadores adecuados para tu tipo de piel, hidratación constante y protección solar diaria.

Secarse la cara con la misma toalla que se usa para el cuerpo puede parecer una opción conveniente, pero tiene importantes consecuencias para la salud de la piel.