Sustancia amorfa: todo lo que debes saber y cuál es su funcionamiento
Helio: qué es, para qué sirve y características
Crean increíbles diamantes flexibles
Innovadores paneles solares generan agua limpia en el desierto
A pesar de que hoy en día usamos esta palabra para adjetivar distintas cosas, la idea de amorfismo viene del estudio molecular. Probablemente hayas leído o escuchado sobre ellas, y te preguntarás qué es una sustancia amorfa y qué características tiene.
Como su propio nombre indica, éstos son elementos que no tienen una forma definida desde el punto de vista molecular. Mayormente los gases y líquidos son amorfos, pero también existen sustancias sólidas que no están limitadas por una forma.
Una sustancia amorfa, viene del griego «a-morphus», donde la totalidad de gases y líquidos son amorfos, al igual que mucho sólidos no cristalinos. Estamos ante una sustancias que nos causan curiosidad, precisamente por esa ausencia de forma.
¿Qué es una sustancia amorfa?
La principal cualidad de estos elementos es que no están restringidos a una forma molecular invariable. Es decir, los átomos internos no están bloqueados en su lugar sino que pueden moverse con libertad. Es lo contrario de lo que pasa con las sustancias cristalinas. En ellas, los átomos sí están bloqueados y no poseen libertad alguna. Por lo tanto el comportamiento de las sustancias es diferente.
Como explicábamos, la totalidad de los gases y líquidos son amorfos. Eso se debe a su baja densidad en relación a los sólidos. Suelen mantenerse juntos y, al ser fluidos, pueden adaptarse a la forma del recipiente que los contiene. Por ejemplo, cuando hacemos hielo, el agua en su estado natural se adapta a la cubetera. Pero una vez que se solidifica pierde la adaptabilidad.
En cuanto a los sólidos no cristalinos, tienden a ser elementos viscosos y pueden confundirse con los líquidos. Para saber cuál es, hay una regla que dice que si una sustancia tiene una viscosidad mayor de 10^14,6 en equilibrio es un sólido amorfo y no un líquido.
Gases y líquidos
La totalidad de los gases y líquidos como decíamos son amorfos. Cuentan con una densidad bastante baja si la comparamos con los sólidos, por lo que suelen mantenerse juntos por lazos débiles como de hidrógeno, lazos bipolares y fuerzas de Vander Waals. Añadimos que los gases y líquidos son fluidos, por lo que asumen la forma del contenedor en el que se ubican.
Aplicaciones de sólidos amorfos
Existen un gran número de sólidos amorfos diferentes con los que nos podemos cruzar a diario y en varios campos tecnológicos. Las sustancias amorfas que son más comunes son las variedades de vidrio y de polímeros vidriosos (los plásticos). Otros usos de los sólidos incluyen los dieléctricos y las coberturas protectoras que usan en circuitos integrados.
Entre los ejemplos más comunes de sólidos amorfos tenemos ciertas variedades de vidrio y diversidad de plásticos que se clasifican dentro de los polímeros vidriosos. Los dieléctricos y las coberturas protectoras de los circuitos integrados en equipos tecnológicos también sirven como muestras de sus capacidades. Por su versatilidad, los sólidos amorfos son cada vez más importantes.
Temas:
- Curiosidades
Lo último en Curiosidades
-
Ni 3 ni 8 años: éste es el tiempo que va a durar el Papado de León XIV, según la IA
-
Mezcla estos tres ingredientes en un difusor y tu casa olerá de maravilla
-
Ni lomo alto ni solomillo: la carne barata que casi nadie compra y que es mucho mejor
-
Cuidado con el aceite de las latas: los expertos mandan un aviso importante
-
Casi nadie sabe que existe y es muy importante: el compartimento secreto del lavavajillas que evita desgracias
Últimas noticias
-
Otra derrota del Gobierno: el PP logra que el Congreso tramite la ‘ley anti-Tezanos’ con el apoyo de Junts
-
Cassie Ventura testifica contra Sean ‘Diddy’ Combs: «Me obligó a participar en orgías bajo amenazas»
-
Jornada 36 de la Liga: resumen de los partidos
-
El insólito lapsus de Pilar Alegría que provoca carcajadas en La Moncloa al pronunciar el nombre de Ábalos
-
Muere José Mujica, ex presidente de Uruguay, a los 89 años