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Pánico entre los arqueólogos por la tumba del primer emperador de China: el motivo por el que da miedo a abrirla

Toma nota del misterio de la tumba del primer emperador de China

10 frases célebres de la historia… ¡que nunca fueron dichas así!

  • Gemma Meca
  • Licenciada en Historia, máster en Periodismo y Comunicación Digital. Redactora en Ok Diario. Cuento historias, soy amante de los astros, sigo a la luna, los TT de Twitter y las tendencias en moda. Experta en noticias de consumo, lifestyle, recetas y Lotería de Navidad.

La tumba del primer emperador de China, Qin Shi Huang, sigue siendo uno de los grandes enigmas de la arqueología moderna. A pesar de décadas de investigaciones y avances tecnológicos, su cámara funeraria principal permanece sellada. Y no es por falta de interés, sino por el miedo real a lo que podría encontrarse en su interior.

Este complejo funerario, ubicado en Xi’an y mundialmente conocido por el descubrimiento del ejército de terracota, alberga secretos que podrían cambiar la historia. Pero los arqueólogos se muestran cautelosos: antiguos textos y análisis científicos advierten de la presencia de trampas mortales y niveles extremadamente peligrosos de mercurio en su interior, un elemento tóxico que, según los cronistas de la época, se utilizó para simular ríos y mares subterráneos en la tumba imperial.

La posibilidad de que estos sistemas sigan activos o liberen sustancias letales ha desatado una profunda preocupación en la comunidad científica. No solo por los riesgos físicos, sino también por la posible destrucción de información invaluable si no se realiza una apertura con la tecnología adecuada.

Más allá del peligro físico, también existe una carga simbólica: abrir esta tumba no es solo desenterrar restos, sino tocar un pilar del legado cultural chino. Muchos ven en ella un recordatorio del poder, la obsesión por la inmortalidad y el misterio que aún rodea a una de las civilizaciones más antiguas del mundo.

Por ahora, la historia guarda celosamente sus secretos. Y la tumba del emperador Qin continúa esperando… sellada, intacta y rodeada de un temor que, siglos después, sigue tan vivo como siempre.

El motivo por el que da miedo abrirla

Estamos pendientes de unas novedades que pueden llegar de la nada, con una serie de elementos que son los que realmente marcarán una diferencia importante en todos los sentidos. Tocará estar pendientes de lo que nos dicen los expertos para poder saber en todo momento qué puede pasar en unos lugares del mundo que han quedado al margen del presente.

Las tumbas son elementos que indican el nivel de evolución y espiritualidad de la civilización a la que representan. Por lo que, quizás hasta ahora no sabíamos lo que teníamos por delante y la manera en la que puede afectarnos de una forma o de otra.

Sabemos que podemos encontrar un plus de buenas sensaciones de la mano de algunos cambios que pueden ser una imagen del todo inesperada. Recordaremos este elemento que puede acabar siendo el que marque estos días que tenemos por delante y lo que nos estará esperando.

Esta puerta con la otra vida, ese vínculo entre lo terrenal y lo celestial, puede acabar tiendo más de un problema de fondo que debemos solucionar. Con lo cual, deberemos empezar a ver llegar algunos cambios que serán los que marcarán una diferencia importante.

La tumba del primer emperador de China provoca pánico entre los arqueólogos

Hay muchos arqueólogos que han renunciado a la obertura de una tumba que guarda en su interior los secretos de una de las primeras civilizaciones del mundo. Una China que por entonces se perfilaba como un gran imperio y que mostraba su poder presente y futuro con una serie de representaciones que han traspasado fronteras.

Tal y como nos explican desde la revista IFL Science: «Parece que la misión de este Ejército de Terracota era proteger el mausoleo cercano de Qin Shi Huang, el formidable primer emperador de la dinastía Qin que gobernó desde el 221 hasta el 210 a. C. Mientras que se han explorado grandes partes de la necrópolis que rodea el mausoleo, la tumba del emperador en sí nunca se ha abierto a pesar de la enorme cantidad de intriga que la rodea. Los ojos tal vez no se han asomado dentro de esta tumba durante más de 2.000 años, cuando el temido emperador estaba sellado en su interior. Una de las principales razones detrás de esta vacilación es que los arqueólogos están preocupados por cómo la excavación podría dañar la tumba, perdiendo información histórica vital. Actualmente, solo se podían usar técnicas arqueológicas invasivas para entrar en la tumba, corriendo un alto riesgo de causar daños irreparables. Uno de los ejemplos más claros de esto proviene de las excavaciones de la ciudad de Troya en la década de 1870 por Heinrich Schliemann. En su prisa e ingenuidad, su trabajo logró destruir casi todos los rastros de la misma ciudad que se ha ido a descubrir. Los arqueólogos están seguros de que no quieren ser impacientes y volver a cometer estos mismos errores».

Siguiendo con la misma explicación: «Los científicos han planteado la idea de usar ciertas técnicas no invasivas para mirar dentro de la tumba. Una idea es utilizar muones, el producto subatómico de los rayos cósmicos que chocan con los átomos en la atmósfera terrestre, que pueden mirar a través de estructuras como un rayo X avanzado. Sin embargo, parece que la mayoría de estas propuestas han tardado en despegar. Abrir la tumba también podría venir con peligros mucho más inmediatos y mortales. En un relato escrito por el antiguo historiador chino Sima Qian unos 100 años después de la muerte de Qin Shi Huang, explica que la tumba está conectada a trampas explosivas que fueron diseñadas para matar a cualquier intruso. «Se construyeron Palacios y torres escénicas para cien funcionarios, y la tumba estaba llena de artefactos raros y tesoros maravillosos. A los artesanos se les ordenó hacer ballestas y flechas preparadas para disparar a cualquiera que entrara en la tumba. Mercurio se utilizó para simular los cien ríos, el Yangtze y el río Amarillo, y el gran mar, y se estableció para fluir mecánicamente», dice. Incluso si las armas de arco de 2.000 años de antigüedad fallan, este relato sugiere que una inundación de mercurio líquido tóxico podría cruzar a los sepultureros. Eso puede sonar como una amenaza vacía, pero los estudios científicos han analizado las concentraciones de mercurio alrededor de la tumba y han encontrado niveles significativamente más altos de lo que esperarían en un terreno típico».