Curiosidades
Sucesos

Las obras de arte más famosas que han sido robadas

Van Gogh y Da Vinci han sufrido robos sorprendentes

Las obras de arte más famosas están hoy fuertemente custodiadas, y la razón de ello es que en el pasado han sido robadas una y otra vez.

Algunos robos de obras de arte valuadas en millones han sido golpes planeados en detalle. Pero otros, han sido tan simples que resultan sorprendentes.

Los robos más increíbles de las obras de arte más famosas

En varias ocasiones han sido robadas las obras del artista holandés Vincent Van Gogh. En 1991, dos ladrones armados lograron sustraer 20 obras, entre las que se encontraban “Los girasoles” y “La habitación de Vincent en Arlés”.

El robo fue increíble. Uno de los ladrones pasó la noche en el museo, obligó a los guardias a apagar las alarmas y los encerró. No obstante, uno de ellos consiguió escapar, dio aviso a la policía y los cuadros se pudieron recuperar.

La Gioconda o Mona Lisa de Leonardo da Vinci es una de las obras de arte más famosas y tiene un gran valor histórico y artístico, pero el cuadro también está envuelto en un halo de misterio.

El robo ocurrió en 1991, cuando fue sustraído por Peruggia, un carpintero que había trabajado en el Museo del Louvre. Lo fantástico es lo simple que fue el robo, pues el ladrón se vistió como el personal de mantenimiento, separó la tela del marco y se lo llevó escondido bajo la ropa.

La pintura se recuperó dos años después.

“El concierto” de Johannes Vermeer se considera una de las obras de arte más valiosas en todo el mundo, pues Vermeer, junto con Rembrandt, es la figura más destacada del barroco holandés.

Este cuadro fue robado en 1990 del museo Isabella Steward Gardner en Boston junto con otras 12 valiosas pinturas. Los ladrones vestidos de policía inmovilizaron y ataron a los guardias y se llevaron el lote de obras de arte más famosas que valían una fortuna. Hasta el momento el FBI sigue investigando el caso.

El robo del retrato del duque de Wellington de Francisco de Goya es bastante singular. Kempton Bunton, un taxista jubilado, se coló por la ventana del baño del museo y salió portando el valioso cuadro.

A los pocos días, la policía recibió una nota del anciano pidiendo que rebajaran las tasas de televisión para los jubilados.

Cuatro años más tarde, Bunton se entregó y devolvió la pintura. Su robo, explicó, fue una forma de llamar la atención para lograr televisión gratuita para los jubilados. Al parecer, la ingenuidad del anciano fue un atenuante, pues fue a prisión por solo 3 meses.