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Hallazgo no apto para aprensivos: la araña más venenosa del mundo está formada por estas 3 especies

  • Ana López Vera
  • Máster en Periodismo Deportivo. Pasé por medios como Diario AS y ABC de Sevilla. También colaboré con la Real Federación de Fútbol Andaluza.

Un reciente estudio ha revelado que la icónica araña de embudo de Sídney, temida por su potente veneno, no es una sola especie, sino un grupo de tres, y una de ellas es significativamente más grande de lo que se pensaba.

Este hallazgo, publicado en BMC, cambia por completo la comprensión de la taxonomía de estas especies. Además, informa sobre las implicaciones que tienen estos animales para la producción de antídotos y los desafíos de conservación que plantean.

Éstas son las especies que forman la araña más venenosa del mundo

La Atrax robustus, o araña de embudo de Sídney, ha sido considerada un símbolo de la fauna australiana.

En este estudio, utilizaron una combinación de filogenética molecular, análisis del tiempo de divergencia y morfología para establecer que este animal es un complejo de tres especies distintas: la Atrax robustus (en su definición original), la Atrax montanus y la Atrax christenseni. Cada una con estas características y hábitats específicos:

  1. Atrax robustus: es la especie original, descrita en 1877, y la más conocida. Se encuentra comúnmente en Sídney y sus alrededores, en jardines, parques y zonas suburbanas. Los machos suelen salir de sus refugios durante el verano en busca de pareja.
  2. Atrax montanus: identificada por primera vez hace un siglo (1914) y revalidada recientemente, habita principalmente en selvas húmedas al sur y oeste de Sídney. Se creía extinta, pero los análisis recientes confirmaron su estatus independiente. Prefiere ambientes más húmedos y cerrados.
  3. Atrax christenseni: conocida como «Chico grande» por los científicos, es la más llamativa. Los machos pueden alcanzar los 9 centímetros de longitud, mucho más grandes que sus parientes. Se encuentra exclusivamente en la región de Newcastle, al norte de Sídney, lo que la hace vulnerable a la destrucción de su hábitat por la urbanización.

Desafíos para la creación de antivenenos y la conservación de la araña de embudo

Desde 1981, se ha utilizado un único antiveneno para tratar las picaduras de estas arañas Atrax robustus. Sin embargo, la nueva clasificación pone en duda su eficacia universal.

Se sospecha que cada especie puede tener diferencias en la composición de su veneno, especialmente en los niveles de delta-atracotoxina, el principal componente neurotóxico. Por lo tanto, es necesario investigar estas diferencias para optimizar el tratamiento y mejorar la especificidad de los antivenenos.

«Considerando sus historias evolutivas únicas, es concebible que los perfiles de veneno de A. robustus , A. montanus y A. christenseni difieran, y caracterizar el veneno en cada una de estas especies también puede revelar diferencias en la presencia, cantidad y/o estructura de la delta-atracotoxina», señalan los investigadores en el estudio publicado en BMC.

Respecto a su  conservación, la especie Atrax christenseni plantea desafíos. Su distribución limitada y la expansión urbana en Newcastle podrían poner en riesgo su supervivencia. Por otra parte, Atrax montanus también se enfrenta a problemas, ya que depende de selvas húmedas que están siendo fragmentadas por el desarrollo humano.

La emblemática araña de embudo de Sídney, que una vez se consideró una sola especie, ahora se revela como un complejo de tres, cada una con su propia historia, hábitat y veneno.

Este descubrimiento pone de manifiesto la necesidad de profundizar en el estudio de estas especies para garantizar la seguridad de las personas y para proteger la biodiversidad de la Tierra.