Este es el truco secreto que usan todos los chefs para cortar cebollas sin derramar ni una lágrima

La cebolla es un ingrediente fundamental en muchas cocinas alrededor del mundo, pero su preparación suele generar un problema muy común: la irritación ocular que provoca lágrimas. Este efecto es causado por los compuestos sulfurados que se liberan al cortar cebollas.

Sin embargo, los chefs profesionales han encontrado soluciones prácticas para evitar este inconveniente. Con algunos trucos y técnicas sencillas, es posible cortar cebolla sin derramar ni una lágrima.

El secreto más sencillo para cortar cebollas sin derramar  ni una lágrima

Uno de los métodos más efectivos para cortar cebollas sin que los ojos sufran es enfriarlas antes de cortarlas. Al enfriar la cebolla, ya sea en la nevera o en el congelador durante 15-20 minutos, se reduce la liberación de los compuestos irritantes, minimizando la irritación ocular.

Al guardar una cebolla en el refrigerador tras su primer uso, probablemente habrás notado que la siguiente vez que la cortes no te hace llorar. Este truco es sencillo de aplicar y puede integrarse fácilmente en la rutina de la cocina.

Consejos para enfriar cebollas:

• Mételas en el congelador unos 15 minutos antes de cortarlas. No más tiempo, ya que congelarlas dificultaría el corte.
• Otra opción es pelarlas, cortarlas por la mitad y dejarlas en la nevera durante al menos una hora antes de usarlas.

No cortar alrededor de la raíz de la cebolla, una técnica profesional

El famoso chef Gordon Ramsay sugiere evitar cortar la parte de la cebolla más próxima a la raíz. Esta zona contiene una mayor concentración de los compuestos sulfurados que irritan los ojos. Al evitar esta área, la liberación de esos gases es menor, lo que reduce la posibilidad de que se te irriten los ojos.

Esta técnica es común entre los chefs profesionales y se ha vuelto muy popular en las cocinas de todo el mundo por su simplicidad y eficacia.

Además, es una forma de ahorrar tiempo, ya que no es necesario detenerse constantemente a limpiar los ojos o a recuperarse de la irritación.

El ventilador como aliado para cortar cebollas

Un truco sencillo, pero eficaz, es utilizar un pequeño ventilador mientras se corta la cebolla. La clave está en colocarlo de manera que el aire aleje los gases irritantes de tu cara y ojos. La circulación del aire ayuda a dispersar los compuestos volátiles que se liberan al cortar la cebolla, evitando que se concentren cerca de los ojos.

Este método es fácil de implementar en casa, y con solo abrir una ventana o encender un ventilador pequeño, puedes evitar las lágrimas durante la preparación de la cebolla.

La importancia de un cuchillo afilado

Usar un cuchillo bien afilado es esencial para cortar cebollas sin lágrimas. Un cuchillo sin filo no corta limpiamente, sino que aplasta las células de la cebolla, liberando más cantidad de los compuestos irritantes.

Al usar un cuchillo afilado, se rompen menos células, lo que reduce la cantidad de sustancias que se liberan en el aire.

Además, un cuchillo bien afilado hace que el corte sea más preciso y rápido, lo que permite trabajar de manera más eficiente en la cocina sin la molestia de las lágrimas.

Otros trucos eficaces para cortar cebollas

Aparte de los métodos mencionados anteriormente, existen otros trucos que los chefs y cocineros experimentados utilizan para evitar que sus ojos se irriten al cortar cebolla:

• Sumergir la cebolla en agua fría antes de cortarla. Al enfriar la cebolla con agua, se reduce la liberación de los compuestos volátiles.
• Usar gafas de natación o protección. Aunque pueda parecer extremo, este método fue popularizado por la célebre cocinera Julia Child. Las gafas protegen los ojos de los vapores irritantes.
• Masticar chicle de menta mientras se corta la cebolla. Este truco ayuda a que la respiración se concentre en la boca, reduciendo la entrada de gases por la nariz.
• Cortar la cebolla cerca de una fuente de calor. Cortar la cebolla al lado de una vela encendida o junto a una olla de agua hirviendo puede ayudar a disipar los gases irritantes, ya que el calor favorece la dispersión de las sustancias químicas.