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Éste es el tiempo que tiene que pasar desde que dejas de fumar para que tus pulmones vuelvan a estar limpios

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

En España, una parte significativa de la población adulta, concretamente el 23%, fuma diariamente, mientras que un pequeño porcentaje, el 2,4%, lo hace ocasionalmente. Además, un considerable 25,7% ha dejado de fumar, siendo considerados ex fumadores, y el 49% restante declara no haber fumado nunca.

Cuando se analiza por sexos, se observa que el hábito de fumar diariamente es más prevalente entre los hombres, con un 27,6%, en comparación con el 18,6% de las mujeres que fuman a diario.

¿Cuáles son los componente del tabaco?

El tabaco es una planta herbácea tropical conocida por su alto contenido en nicotina. Este compuesto es una droga que actúa como estimulante del sistema nervioso, generando adicción y dependencia física. Al fumar, el humo resultante contiene más de 4.000 sustancias químicas, incluyendo 400 altamente tóxicas, unas 50 cancerígenas y 12 gases nocivos.

Entre los componentes más perjudiciales del cigarrillo se encuentran el monóxido de carbono, un gas tóxico que reduce la capacidad de la hemoglobina para transportar oxígeno, y el alquitrán, agente cancerígeno principal que contribuye directamente al cáncer de pulmón y otros tipos de tumores. Además, se liberan gases irritantes que afectan negativamente al sistema respiratorio, causando tos, faringitis, catarros y bronquitis en los fumadores.

Beneficios de dejar de fumar

Dejar de fumar puede ser el primer paso hacia una transformación positiva en múltiples aspectos de la salud. En cuanto al cerebro, el abandono del tabaco puede reorganizar sus receptores de nicotina, retornando a niveles normales en aproximadamente un mes, lo cual ayuda a romper el ciclo adictivo de manera efectiva.

En términos de salud cardiovascular, dejar de fumar reduce significativamente los riesgos de enfermedades cardíacas. Los beneficios incluyen la disminución de la presión arterial y la frecuencia cardíaca, reduciendo el riesgo de un infarto en tan solo 24 horas después de abandonar el tabaco.

En relación con los pulmones, dejar este hábito detiene el daño continuo y promueve la regeneración de los cilios, pequeñas estructuras que ayudan a limpiar los pulmones de mucosidad y partículas dañinas. Este proceso comienza rápidamente después de abandonar el tabaco, mejorando la capacidad respiratoria y reduciendo el riesgo futuro de enfermedades como el enfisema.

Tiempo de recuperación

Dejar de fumar conlleva una serie de beneficios notables para la salud, los cuales se manifiestan gradualmente a medida que el organismo se libera de los efectos nocivos del tabaco.

En sólo 20 minutos, tu presión sanguínea se normaliza y el pulso cardíaco vuelve a un ritmo saludable. Este primer paso marca el inicio de una recuperación cardiovascular.

Pasadas ocho horas, los niveles de oxígeno en la sangre se estabilizan, reduciendo así el riesgo de sufrir un ataque cardiaco. Este periodo inicial es crucial para restablecer el equilibrio respiratorio y cardiovascular.

Al llegar a los dos o tres días, tu cuerpo ha eliminado por completo la nicotina. Experimentarás una mejora inmediata en tus sentidos del gusto y el olfato, además de notar una respiración más fluida y un aumento en la energía general.

Después de tres semanas, la tos asociada al tabaquismo disminuye notablemente o desaparece por completo. Tus pulmones funcionan de manera más eficiente y la circulación sanguínea mejora, proporcionando más oxígeno vital a todo el cuerpo.

A los dos meses, sentirás un incremento significativo en tu energía y agilidad. Experimentarás una satisfacción personal al recuperar el control sobre una parte importante de tu vida que anteriormente dependía del hábito de fumar.

Tras un año, el riesgo de muerte súbita se reduce a la mitad en comparación con los fumadores activos. Este hito marca un paso crucial hacia una salud cardiovascular más robusta y estable.

Finalmente, al alcanzar los 10 años sin fumar, el riesgo de sufrir un ataque al corazón o un infarto de miocardio se iguala al de las personas que nunca han fumado. Además, el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón se reduce a la mitad, reflejando una notable mejora en la salud a largo plazo.