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¿Está creando Dubái lluvia artificial en pleno desierto? Te explicamos cómo lo hacen

¿Está creando Dubái lluvia artificial en pleno desierto? Te explicamos cómo lo hacen
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

¿Qué pasa en el desierto de Dubái cuando las temperaturas se elevan hasta los 50 grados y las posibilidades de lluvia son escasas? Para contrarrestar esta situación, el Centro Nacional de Meteorología de Emiratos Árabes Unidos ha ideado un método poco convencional: utilizan drones para inducir lluvia artificial en el árido desierto de Dubái.

Esta técnica, conocida como ‘siembra de nubes’, implica el uso de drones que generan descargas eléctricas en las nubes para provocar precipitaciones. Básicamente, el objetivo es aprovechar al máximo el agua disponible en las nubes, incluso en condiciones climáticas poco favorables, como los días extremadamente calurosos.

El ingenioso sistema para crear lluvia artificial en Dubái

La Universidad de Reading, en Reino Unido, ha desarrollado drones capaces de volar hacia las nubes y generar cargas eléctricas con láseres para inducir la lluvia de manera autónoma. Este método, menos intrusivo que la siembra de nubes con químicos, está siendo probado en Dubái por el Centro Nacional de Meteorología de Emiratos Árabes Unidos.

A diferencia de otros países que utilizan aviones cargados de químicos para estimular las nubes, los drones británicos emplean electricidad para agrupar las gotas de agua y producir lluvia de manera más efectiva. Estos drones, con una envergadura de aproximadamente 2 metros, han sido diseñados para volar durante 40 minutos y están equipados con sensores para medir la temperatura, humedad y carga eléctrica de las nubes.

El principio detrás de esta tecnología es que al lanzar descargas eléctricas en las nubes, se incrementa la probabilidad de que las gotas de agua se unan electroestáticamente, favoreciendo así la formación de lluvia. La doctora Keri Nicoll, experta del Departamento de Meteorología de la Universidad de Reading, explicó que este proceso puede acelerar la formación de gotas de agua lo suficiente como para provocar la precipitación.

Emiratos Árabes Unidos lleva a cabo varios proyectos para aumentar las precipitaciones en el país, además del uso de drones para generar lluvia artificial. Una práctica común es la dispersión de sal en las nubes, que ayuda a aumentar la formación de gotas de agua. El gobierno emiratí destina un presupuesto de 18 millones de dólares para abordar el problema de la escasez de lluvias.

‘Siembra de nubes’

La ‘siembra de nubes’ es una técnica que implica dispersar sustancias en las nubes para estimular la precipitación. Se basa en alterar las condiciones microfísicas de las nubes, como la cantidad y el tamaño de las partículas de agua o hielo.

Uno de los métodos más comunes es la siembra con yoduro de plata, que proporciona núcleos adicionales para la condensación o congelación de las gotas de agua. Se utiliza aviones o cohetes para dispersar estas partículas en las nubes.

Sarah Tessendorf, física de nubes, señala que la ‘siembra de nubes’ puede ser efectiva en condiciones específicas para crear lluvia artificial, pero no resolvería por completo los problemas hídricos de Dubái. Se necesitan acciones coordinadas y cambios en la política y la sociedad para abordar estos problemas de manera integral.

La ciudad futurista de Arabia Saudí

The Circle es un proyecto que ha sido propuesto como una alternativa al desarrollo de The Line en Arabia Saudí, presentando argumentos que desafían la viabilidad y la sostenibilidad de esta ciudad futurista. Mientras que The Line se plantea como una ciudad larga y densamente poblada, The Circle aboga por una estructura más convencional, en forma de círculo, que permitiría una mejor organización y accesibilidad para sus habitantes.

El transporte público propuesto para The Line presenta una serie de dificultades logísticas, como la necesidad de un gran número de estaciones para garantizar la accesibilidad para todos los habitantes. Esto podría resultar en tiempos de viaje prolongados y una mayor dependencia del transporte público.

Además, la ambición de albergar a nueve millones de personas plantea preocupaciones sobre la capacidad de la infraestructura para satisfacer las necesidades de una población tan grande. Una población menor podría subutilizar la infraestructura, mientras que una población mayor dificultaría la expansión y exacerbación de los problemas de transporte.

Por otro lado, la construcción de enormes rascacielos en The Line plantea desafíos adicionales en términos de consumo de energía y recursos. Aunque se busca utilizar fuentes de energía renovable, la viabilidad de este enfoque dependerá de las eficiencias energéticas logradas y del impacto ambiental durante la construcción.

Asimismo, en caso de emergencias como incendios en las estaciones de tren, el sistema de transporte de The Line podría quedar paralizado, lo que afectaría significativamente a la movilidad de la población. Esta vulnerabilidad subraya la importancia de considerar alternativas más convencionales que puedan ofrecer una mayor seguridad y resiliencia.

En resumen, aunque The Line representa un proyecto ambicioso, la consideración de alternativas como The Circle podría ofrecer una mejor solución en términos de densidad, accesibilidad y sostenibilidad a largo plazo. Los desafíos planteados por The Line subrayan la importancia de un enfoque cuidadoso y equilibrado en el desarrollo urbano futuro.

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