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Enjuagarlas bajo el grifo no es suficiente: la forma correcta de lavar las fresas para eliminar pesticidas y bacterias

El consumo de fresas es habitual cuando las temperaturas suben, en cualquier parte del mundo y tanto en su forma natural como en batidos, postres o mermeladas. Sin embargo, su cultivo implica, en la mayoría de los casos, el uso de pesticidas y otros productos químicos que permanecen en la superficie del fruto incluso tras su recolección. Por eso, lavar las fresas es innegociable.

Este tipo de fruta no cuenta con una piel gruesa que actúe como barrera protectora, lo que facilita la absorción o adherencia de estos residuos. Además, al tratarse de un producto que se suele consumir crudo, es fundamental asegurar un lavado adecuado antes de su ingesta.

¿Cuál es la forma correcta de lavar las fresas?

Uno de los métodos más efectivos y asertivos para lavar las fresas y reducir la presencia de bacterias y pesticidas es el uso de vinagre diluido. Esta técnica resulta fácil de aplicar en casa y no altera el sabor si se realiza correctamente.

Los pasos a seguir son los siguientes:

  1. Llenar un recipiente con tres tazas de agua fría.
  2. Añadir una taza de vinagre blanco o vinagre de manzana.
  3. Introducir las fresas y dejarlas en remojo entre cinco y 20 minutos.
  4. Enjuagar bien con agua corriente fría para eliminar cualquier residuo ácido.
  5. Escurrir y secar con papel absorbente.

El vinagre actúa como desinfectante natural, eliminando una parte significativa de bacterias y reduciendo los residuos químicos adheridos a la fruta. Según el Centre for Science and Environment, este procedimiento puede retirar hasta un 80% de los pesticidas presentes en frutas y verduras.

Por qué es importante lavar las fresas correctamente

Las fresas forman parte del listado conocido como ‘dirty dozen’, una clasificación internacional que identifica los productos agrícolas con mayores niveles de residuos químicos detectables tras su llegada al consumidor. La razón se debe principalmente a su superficie porosa y a su consumo en crudo, sin cocción que elimine patógenos o restos.

A diferencia de frutas como las naranjas o los plátanos, que poseen pieles gruesas y protectoras, las fresas están directamente expuestas a:

Por eso, lavar las fresas no debe consistir únicamente en pasarlas por agua unos segundos, sino que requiere de los pasos adicionales ya mencionados para garantizar una limpieza eficaz.

Alternativas y recomendaciones adicionales para higienizar tus fresas

Existen otras opciones para quienes desean reducir su exposición a sustancias químicas en frutas como las fresas, pero ninguna elimina por completo la necesidad de una buena higiene.

Consejos para conservar las fresas tras el lavado

La humedad es un factor que favorece la descomposición y la aparición de moho. Por ello, no se recomienda lavar las fresas si no se van a consumir de inmediato. Lo ideal es:

Si se quiere conservar por más tiempo, una opción es secarlas bien tras el lavado y colocarlas sobre papel de cocina dentro de un táper sin tapa hermética.