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¿Dormimos una hora más o una menos con el cambio de hora de octubre? El BOE resuelve la duda

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Cada año, los ciudadanos de España y de buena parte de Europa se enfrentan al cambio de hora de octubre para dar la bienvenida al horario de invierno, lo que genera la duda recurrente: ¿dormimos una hora más o una menos? El Boletín Oficial del Estado (BOE) y los calendarios oficiales ya lo han aclarado, pero conviene entender qué implica este cambio y por qué se hace.

El cambio de hora tiene sus raíces en la década de 1970, con el objetivo de ahorrar energía aprovechando mejor la luz solar. La idea era sencilla: adelantar los relojes luz para reducir el consumo eléctrico. Con el tiempo, esta medida se adoptó de manera estandarizada. En España, la regulación del horario de verano e invierno se encuentra recogida en el Real Decreto 236/2002, y su aplicación se anuncia cada año en el BOE.

Cambio horario de octubre

El último domingo de octubre, los relojes se retrasan una hora. Esto significa que, al llegar las 3:00 horas, el reloj vuelve a marcar las 2:00 horas. Por este motivo, se dice que «ganamos una hora de sueño», ya que ese domingo dormimos efectivamente una hora más que cualquier otro día normal. Este ajuste se conoce como horario de invierno, y marca el inicio de la temporada en la que los días se acortan y las noches se alargan.

Amanecer y atardecer

Tras el cambio de hora de octubre, España entra en el horario de invierno, lo que significa que los relojes se retrasan una hora y, por tanto, amanece y anochece antes. Por ejemplo, si antes el sol salía a las 8:30 horas, tras el cambio amanecerá aproximadamente a las 7:30 horas, y si atardecía a las 19:30 horas, ahora oscurecerá alrededor de las 18:30 horas.

Este fenómeno está directamente relacionado con el ciclo anual de la Tierra alrededor del Sol. A medida que nos acercamos al solsticio de invierno, que se produce entre el 21 y 22 de diciembre, se registra el día más corto del año y la noche más larga.

A partir del solsticio de invierno, los días comienzan a alargarse lentamente. Cada día amanece un poco más temprano y anochece un poco más tarde, hasta llegar al solsticio de verano, alrededor del 21 de junio, cuando se produce el día más largo del año. Entre ambos solsticios, los cambios en la duración de la luz solar son graduales, pero perceptibles si se presta atención.

El cambio de hora de marzo, en contraposición al de octubre, adelanta los relojes una hora para adaptarse al horario de verano. Esto permite aprovechar mejor la luz de la tarde y, en teoría, reducir el consumo de energía eléctrica.

En resumen, el cambio de hora de octubre y la proximidad del solsticio de invierno afectan directamente a nuestros ritmos de luz natural: ganamos una hora de sueño, pero los días se vuelven más cortos hasta alcanzar el mínimo de horas de luz en diciembre.

Para que la transición al horario de invierno sea más suave, los expertos recomiendan ajustar gradualmente el horario de sueño unos días antes y exponerse a la luz natural por la mañana para ayudar al reloj biológico.

Petición de Pedro Sánchez

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado que España propondrá a la Unión Europea acabar definitivamente con el cambio de hora en Europa el próximo año: «cambiar la hora dos veces al año ya no tiene sentido.  Apenas ayuda a ahorrar energía y tiene un impacto negativo en la salud y en la vida de la gente. Además, ni la ciencia, ni la ciudadanía, ni el Parlamento Europeo avalan el cambio del huso horario», explicó.

El Ejecutivo se apoyará en tres argumentos para defender su postura: el respaldo mayoritario de la ciudadanía española y europea; la «ausencia de evidencia científica» que demuestre que esta práctica genera un ahorro energético sustancial; y las «consecuencias negativas que tiene en la salud y el bienestar de millones de personas, trastocando los ritmos biológicos y provocando alteraciones del sueño dos veces al año».

El secretario de Estado de Energía, Joan Groizard, señaló que «es importante reabrir el debate para encontrar una solución que funcione lo mejor posible en toda Europa. Necesitamos una respuesta europea. El Parlamento Europeo ya se posicionó en su momento a favor de dejar de cambiar el horario en verano y en invierno».

Finalmente, desde Bruselas, el comisario de Energía, Dan Jorgensen, indicó que «pueden contar con la Comisión para apoyar la búsqueda de una posición común en la UE» y añadió que, aunque «este cambio de hora estacional puede no ser uno de los aspectos más importantes de la agenda política de la UE, es un tema que reclaman millones de ciudadanos».