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La curiosa historia del país que existió entre España y Portugal

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

En la Península Ibérica, ubicada entre el océano Atlántico y el mar Mediterráneo, se encuentran cuatro territorios: Andorra, Gibraltar, España y Portugal. Sin embargo, entre los siglos XII y XIX, esta zona de Europa albergaba cinco naciones en lugar de cuatro.

A pesar de su reducida extensión, de apenas 30 kilómetros cuadrados, esta quinta nación, conocida como Couto Mixto, existió entre España y Portugal, y mantuvo su estatus de nación durante siete siglos, nada más y nada menos.

El país que existió entre España y Portugal

Couto Mixto, una micronación independiente situada en la región gallega, es uno de los episodios menos conocidos de la historia de Europa. Surgió como resultado de una anomalía jurídica medieval que le concedió su propio sistema de autonomía y administración.

Su origen se remonta al siglo XII y, gracias a su ubicación estratégica, recibió autonomía y multitud de beneficios especiales. Durante la época del Tratado de Zamora a mediados del siglo XII, que marcó el nacimiento del reino de Portugal, se creó este peculiar «microestado» entre España y Portugal, compuesto por tres villas: Rubias dos Mixtos, Meaus y Santiago de Rubiás, esta última considerada la capital.

El gobierno de Couto Mixto era una república federal, con un sistema político basado en tres jueces electos conocidos como «home de acordo» seleccionados de las tres villas, y un juez que actuaba como presidente del Gobierno, elegido democráticamente por los vecinos cada tres año. Estos jueces tenían poderes judiciales y administrativos, gestionaban los asuntos locales y resolvían disputas sin intervención externa, con la iglesia de Santiago actuando como Parlamento y custodiando el tesoro nacional.

Vivir en esta pequeña comunidad implicaba un grado de autogobierno democrático poco común en la Europa medieval. A pesar de su pequeño tamaño y aparente insignificancia, Couto Mixto mantuvo una estructura social igualitaria, basada en la asistencia mutua y la comunidad, algo fundamental para su supervivencia en una región aislada. La población hablaba gallego y celebraba fiestas locales.

Aunque el país tenía una población de más de 1.000 habitantes entre las tres villas, su importancia histórica pasó prácticamente desapercibida durante siglos. Finalmente, Couto Mixto desapareció con el Tratado de Lisboa de 1864, que dividió oficialmente el territorio entre España y Portugal, poniendo fin a la independencia de esta nación. Desde entonces, solo quedan algunos monumentos conmemorativos y recuerdos de esta nación.

Otros países que ya no existen

La República Árabe Unida, un intento de unión entre Siria y Egipto en el año 1958, reflejó la visión del panarabismo para establecer un estado árabe unificado. Sin embargo, la falta de equidad en la distribución del poder llevó a los sirios a percibir la unión como una anexión a Egipto, y en 1961, un golpe militar sirio puso fin a esta unión.

La Unión Soviética, disuelta en 1991, se desintegró en 15 repúblicas independientes después de una serie de agitaciones políticas y el intento fallido de golpe de Estado en agosto de 1991.

Yemen del Norte y Yemen del Sur, tras décadas de relaciones amistosas, finalmente se unieron en 1990 para formar el actual Yemen. Esta unión se basó en un acuerdo de unificación en 1988 y se concretó en 1990, lo que marcó el fin de dos estados separados.

La desaparición de Senegambia en 1989 marcó el fin de una breve unión entre los países de Gambia y Senegal, cuya confederación se formó en 1982. Gambia sintió que perdía soberanía en esta unión y optó por disolverla en 1989.

Yugoslavia, cuya fundación se remonta a 1918 tras la Primera Guerra Mundial como Reino de Yugoslavia, pasó por una transformación notable al convertirse en una República Socialista después de la II Guerra Mundial en 1946. En 1991, estalló un conflicto armado entre Yugoslavia, conformada en ese momento por Montenegro y Serbia, y Eslovenia, Croacia y Bosnia. Como resultado de la disolución de Yugoslavia, surgieron originalmente cinco estados: Eslovenia, Croacia, Bosnia, Macedonia y la Federación de Serbia y Montenegro.

En 1992, durante las guerras yugoslavas, se formó la República Federal de Yugoslavia, compuesta solo por Serbia y Montenegro. En 2003, debido a tensiones internas, se renombró como Unión Estatal de Serbia y Montenegro, con políticas comunes limitadas a defensa y política exterior. Montenegro adoptó el euro, mientras Serbia mantuvo su moneda oficial, el dinar. En 2006, un referéndum en Montenegro favoreció la independencia con un 55% de votos, marcando el fin definitivo de Yugoslavia y consolidando a Montenegro como un estado independiente.

La federación de Checoslovaquia, formada tras la Primera Guerra Mundial, surgió tras el colapso del Imperio Austrohúngaro, pero su historia dio un giro de 180 grados después de la Segunda Guerra Mundial, cuando se convirtió en un estado satélite de la Unión Soviética en Europa del Este. Sin embargo, en 1989, experimentó su propia revolución cívica, conocida como la Revolución de Terciopelo, que puso fin al régimen comunista en el país. Finalmente, en agosto de 1992, el parlamento eslovaco declaró la independencia del país, que se hizo efectiva el 1 de enero de 1993.