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La ciudad española en medio de Francia que deja sin palabras a los británicos: no hablan de otra cosa

  • Gemma Meca
  • Licenciada en Historia, máster en Periodismo y Comunicación Digital. Redactora en Ok Diario. Cuento historias, soy amante de los astros, sigo a la luna, los TT de Twitter y las tendencias en moda. Experta en noticias de consumo, lifestyle, recetas y Lotería de Navidad.

Sin palabras a los británicos ha dejado esta ciudad española que está en medio de Francia, algo que parece imposible, pero es una realidad. Estamos ante una de esas anomalías fruto de una historia que nos afecta más de lo que nos imaginaríamos. La geografía actual es el resultado de una serie elementos que van fusionándose hasta dar lugar a un cambio que estamos empezar a visualizar. Sin duda alguna tenemos por delante algunas peculiaridades que llegan sin avisar y que pueden ser el resultado de verse con otros ojos.

Los turistas británicos son los que se han quedado en shock al descubrir qué existe una ciudad española en Francia. Es un elemento que puede parecer difícil, pero en lugares que actúan como frontera las lenguas y la cultura se comparte. Son frecuentes los matrimonios y las uniones entre varias personas que no tienen nada más en común que un territorio. Vivir en esta ciudad española debe ser habitual y común, pero visitarla, es algo más, al descubrir esta fusión de culturas que puede dar lugar a numerosos detalles que quizás hasta ahora no conocíamos.

No hablan de otra cosa

Las ciudades no dejan de ser modas. Hay algunas que siempre están en boca de todos, son las más turísticas, a las que todo el mundo quiere ir, pero también suelen tener tras de sí una serie de detalles que las hacen muy especiales. Sin duda alguna, deberemos tener en consideración la forma en la que se alzan estas ciudades.

A medida que van llegando turistas se van haciendo más y más populares. Teniendo en cuenta que son elementos que hasta el momento no sabíamos que podríamos tener por delante y que hasta la fecha no sabíamos que podríamos tener en estos tiempos que corren.

Es indispensable tener en consideración que hay que ver qué nos espera en un lugar cercano que quizás desconocemos. Los ingleses se han quedado maravillados con un punto de Francia en el que se habla español al ser una ciudad española.

Un territorio que, en especial, en esta época del año, cuando la nieve hace acto de presencia, suele recibir a muchas personas. Es hora de saber un poco más qué nos descubren estos británicos sobre una ciudad española que tiene una historia de lo más peculiar.

En medio de Francia está esta ciudad española

La Asociación diálogo nos presenta este pueblo como: «Llívia es un pequeño municipio de la comarca de la Baja Cerdaña, situado en la provincia de Gerona, en la comunidad autónoma de Cataluña. Lo que hace único a este pintoresco pueblo es que, a pesar de estar completamente rodeado por territorio francés, forma parte del territorio español. Esta situación geográfica tan peculiar tiene sus raíces en un episodio histórico que se remonta a más de 350 años y que continúa siendo una fuente de interés y misterio para historiadores y viajeros».

Siguiendo con la misma explicación: «La historia de Llívia se remonta a tiempos romanos. En aquel momento la región ya era conocida por su importancia estratégica y su desarrollo agrícola. En la Edad Media, Llívia formaba parte del condado de Cerdaña, que estuvo vinculado con la Corona de Aragón. Durante esta época, el municipio fue un importante centro comercial y administrativo. Había gran presencia de comerciantes, artesanos y campesinos. La región de Cerdaña, sin embargo, fue testigo de varias disputas territoriales entre Francia y España, que dieron lugar a importantes modificaciones en las fronteras a lo largo de los siglos. Para entender la situación geográfica actual de Llívia hay que remontarse al Tratado de los Pirineos. Firmado el 7 de noviembre de 1659 entre España y Francia, tras la Guerra de los Treinta Años. Este tratado tenía como objetivo poner fin al conflicto entre las dos potencias y establecer nuevas fronteras en el norte de España y el sur de Francia. Como parte de este acuerdo, España cedió una gran parte de los territorios de la Cerdaña a Francia, incluida la mayor parte de la comarca de la Baja Cerdaña. Sin embargo, debido a un malentendido o una interpretación ambigua del tratado, Llívia quedó fuera de la cesión y siguió siendo parte del reino español. La razón de este “error” radica en que el Tratado de los Pirineos definió la frontera de forma que no incluyó explícitamente a Llívia dentro de los territorios cedidos a Francia, a pesar de que el resto de la comarca de la Cerdaña quedó bajo dominio francés. Así, Llívia se convirtió en un «enclave» español en territorio francés, una curiosa excepción que ha perdurado hasta el día de hoy».