Misterios, símbolos y secretos ocultos: la fórmula infalible de Dan Brown en ‘El último secreto’
En esta ocasión, Dan Brown nos traslada a Praga, una ciudad que combina ciencia de vanguardia con tradición y simbolismo. En El último secreto, su última novela, el protagonista es otra vez el profesor de simbología Robert Langdon, quien se traslada a la ciudad checa a investigar un brutal asesinato y la desaparición de la científica Katherine Solomon. Se trata de la continuación de la exitosa serie de novelas de Robert Langdon, que incluye títulos como El código Da Vinci, Inferno y Origen.
La trama gira en torno a los descubrimientos revolucionarios de Solomon sobre la conciencia humana, un manuscrito perdido y un proyecto secreto que podría transformar la comprensión de la mente.
Un inolvidable viaje de descubrimiento
«Este libro es, con diferencia, la novela más meticulosamente trazada y ambiciosa que he escrito hasta ahora, y también diría que la más entretenida. Escribir esta historia ha sido un inolvidable viaje de descubrimiento», explica Dan Brown.
Y es que es una novela de acción, llena de giros inesperados que te tienen pegado a sus páginas horas y horas. Los enigmas por descifrar son una senda que sigue nuestro profesor Langdon, enamorado de la científica a la que han asesinado. Desesperado por encontrar a la mujer que ama, se embarca en una carrera a contrarreloj por Praga, mientras es perseguido por una poderosa organización y una figura inquietante surgida de antiguas leyendas. En la ciudad de las Cien Torres, como se conoce a Praga, el profesor tiene que averiguar símbolos y códigos para desvelar una verdad sorprendente sobre un proyecto secreto que podría cambiar para siempre nuestra creencia sobre la mente de los seres humanos.
Una vez más, Dan Brown usa una ciudad de Europa llena de arte y arquitectura de diferentes épocas como escenario de las vivencias e sus personajes. Por ello, quienes hayan estado en Praga se van a poder ubicar muy bien a lo largo de toda la novela. Verán que aparecen lugares emblemáticos de la capital checa, con diseños románicos, modernistas, neoclásicos, etc. Recordemos que, tal como lo relata el autor en El último secreto, Praga fue el nexo de Europa con el ocultismo.
«El Rey Rodolfo II practicaba en secreto ciencias transmutacionales en su laboratorio de alquimia subterráneo, los clarividentes John Dee y Edward Kelley viajaron hasta allí con la intención de llevar a cabo sesiones de espiritismo para conjurar espíritus y conversar con los ángeles», detalla.
También se refiere en la novela la pasión que Langdon sentía por Praga: «Es una ciudad encantada, un momento congelado en el tiempo. Como durante la II Guerra Mundial había sufrido menos desperfectos que otras ciudades europeas, la histórica capital de Bohemia disfrutaba de un perfil que seguía brillando con toda su arquitectura original».
Por cierto, El último secreto va a saltar a la pantalla. Netflix ha confirmado la adquisición de los derechos de esta nueva historia de Dan Brown para hacer una serie de ocho capítulos que se convertirá en una de las producciones más relevantes de la plataforma.
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