Cultura

Fallece a los 78 años la actriz Rosa María Sardà

Triste noticia para el mundo cultural. La Academia del Cine ha informado a través de Twitter que la actriz Rosa María Sardà ha fallecido a los 78 años en Barcelona. La artista llevaba meses intentando luchar contra el cáncer.

«Fallece en Barcelona a los 78 años la actriz e inolvidable presentadora de los Premios Goya Rosa Maria Sardà. Ganó dos Goyas como Mejor Actriz de Reparto, por ‘Sin vergüenza’ y ‘¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?’. Recibió en 2010 la Medalla de Oro de la Academia», recuerda la Academia del Cine.

«Yo no estoy en el mejor momento de mi vida porque a los 78 años no se está en el mejor momento de la vida. Y estoy enferma, más o menos. Yo tengo un cáncer, pero no saben dónde y se lo inventan”, decía la actriz.

En la entrevista dejó patente que no era muy optimista con su salud y un mes y medio después ha fallecido.

En diciembre de 2019 Rosa María Sardá, publicó su autobiografía, ‘Un incidente sin importancia’, donde desgranó los recuerdos de sus seres más queridos en textos íntimos escritos a lo largo de los últimos 10 años.

Rosa María Sardà nació en Barcelona en 1941, su padre era un campesino que emigró a Barcelona y su madre enfermera. Ella es la mayor de los cinco hermanos: Santiago, escenógrafo, Federico, empresario, Xavier, periodista y muy conocido en radio y en televisión, y Joan. Su madre enfermó siendo los hijos muy jóvenes y ella se ocupó de sus hermanos.

Su carrera como actriz

De formación autodidacta, Sardá dio muestras de su talento polifacético como actriz, humorista, presentadora y directora teatral.

‘Moros y cristianos’, ‘Alegre ma non troppo’, ‘Airbag’, ‘La niña de tus ojos’, ‘Todo sobre mi madre’, ‘Sin vergüenza’ y ‘Ocho apellidos catalanes’, son algunos de los trabajos más destacados de la intérprete barcelonesa, que se hizo muy popular en la España de los años ochenta con su programa televisivo ‘Ahí te quiero ver’.

Su fino humor y su tremenda ironía quedaron patentes en los gags que realizaba, especialmente junto a Enric Pous, el ‘Honorato’ con el que veía la televisión.

En los últimos años se le rindieron diferentes homenajes, entre ellos el de los informadores cinematográficos, que en 2016 le concedieron el Premio Feroz de honor.

«En la ferocidad de este mundo es emocionante que seamos capaces de hacer fiestas y seguir haciendo cine, pese a todos los palos. Somos afortunados porque no estamos cruzando el Egeo en una patera, ni en campos de refugiados», dijo al recoger ese premio, demostrando una vez más su compromiso político y social.

El año pasado estuvo entre las firmantes de un manifiesto de intelectuales, artistas y políticos, que pedía a los partidos catalanes que no impidieran la designación del líder del PSC, Miquel Iceta, como senador autonómico para que pudiera ser nombrado presidente del Senado, algo que no sucedió.

Y este 2020 debería haber recibido el Fotogramas de Plata especial en una ceremonia que se suspendió por la pandemia del coronavirus.

La revista resumió a la perfección los valores de la actriz: «Tan capaz de mutar de personaje cómico cada diez minutos como de dejar asomar (la media sonrisa) una humanidad, una tristeza o un patetismo como únicamente las grandes, quienes han pasado de la comedia al drama, son capaces».