Cultura

Así es el Oculus, el intercambiador de Calatrava en el World Trade Center de Nueva York

El World Trade Center de Nueva York sigue cerrando capítulos tras la tragedia del 11 de septiembre de 2001. Este jueves lo hizo con la inauguración del Oculus, un gran caparazón que acoge la estación de tren del distrito financiero, obra del arquitecto español Santiago Calatrava.

La estructura se ha levantado alrededor del espacio que ocupaban las Torres Gemelas, transformado más tarde en un memorial. Está coronada por vigas dirigidas al cielo para evocar las alas de un ángel, con un interior que ocupa 111 metros de largo y 49 de alto.

El proyecto, conocido desde 2004, ha sido muy criticado porque ha tardado y costado más de lo previsto. Inicialmente fijado en 2.000 millones de dólares, ha acabado requiriendo de 3.850, haciéndolo el intercambiador de transportes más caro del planeta.

«Espero que los neoyorquinos la aprecien y disfruten y que, durante generaciones, se convierta en una herramienta de la revitalización del bajo Manhattan», dijo Calatrava, presente en la apertura y al que se pudo ver muy satisfecho con el resultado.

En unos meses, cuando concluyan definitivamente las obras, el lugar conectará con las periferias de la ciudad y once líneas de metro y albergará un gran centro comercial comercial de cerca de 34.000 metros cuadrados, que se espera esté listo para agosto.