Dejen en paz a Ceuta y Melilla, por favor

Ceuta Melilla

Quizá haya buenas intenciones detrás de algunos análisis, pero el resultado se antoja desastroso para los intereses de Ceuta y Melilla. Primero fue el regreso de Trump a la Casa Blanca y más recientemente, el acuerdo entre el Reino Unido y la Unión Europea sobre Gibraltar. En el primer caso se ha especulado con la posibilidad de que un Marruecos envalentonado por su relación privilegiada con Estados Unidos, pueda llevar a Mohamed VI a retomar sus exigencias sobre las dos ciudades autónomas con bríos renovados. En cuanto a la desaparición de la Verja que separa La Línea de la Concepción del Peñón, el augurio es que la nueva situación «anticipa una cosoberanía con Rabat para Ceuta y Melilla», en palabras del presidente del PP en Cataluña, Alejandro Fernández. Cuando tal analogía supone un despropósito, toda vez que nunca fueron ni colonia ni paraísos fiscales, amén de que forman parte de España y están integradas en la Unión Europea.

Lo que ocurre es que la prensa oficialista de Rabat y Casablanca se relame con este tipo de pronósticos, mientras ceutíes y melillenses notamos los efectos negativos en el turismo y en los potenciales inversores que podrían elegir nuestras ciudades para sus negocios aprovechando las ventajas fiscales que ofrecemos, y no lo hacen.

En este contexto, el Observatorio de Ceuta y Melilla ha presentado el informe, Identidad, economía y estrategia: un nuevo relato para Ceuta y Melilla, que he tenido el privilegio de escribir junto a dos economistas locales con visión y ganas de aportar siempre: Sony Vashdev y Najat Mohamed.

En él defendemos que las ciudades españolas del norte de África tienen ante sí una oportunidad única para impulsar su desarrollo si son capaces de sacarle todo el partido a sus ventajas fiscales, tecnológicas y geoestratégicas. Si activaran todo su potencial, calculamos, podrían aumentar el PIB en un 3,7% y el empleo en un 1,5%, lo que no es moco de pavo. Y también abogamos por la necesidad de construir una narrativa más ambiciosa que genere autoestima y permita reducir la dependencia económica de Marruecos para mirar cada vez más a Andalucía, a la Península y a Europa.

Entre las principales propuestas instamos a los poderes públicos a que pongan más carne en el asador para dar a conocer el valor diferencial del régimen fiscal vigente en Ceuta y Melilla, que incluye deducciones del 60% en el IRPF y bonificaciones del 50% en el Impuesto de Sociedades.

La mayoría de las empresas del resto de España lo ignoran y claro, lo que no se sabe no se aprovecha, como decimos en el informe auspiciado por el director del Observatorio, Carlos Echeverría. Del mismo modo, otro efecto práctico del desconocimiento de la realidad de ambas ciudades, es el escaso número de turistas que recibimos cada año para todo lo que ofrecemos al visitante desde el punto de vista del patrimonio histórico-artístico, el entorno natural, la gastronomía, las tradiciones, la cultura y un largo etcétera.

Aunque yendo más allá, lo peor puede ser la desinformación, que refiere a Ceuta y Melilla como lugares peligrosos o inseguros, fruto de la mala imagen asociada al terrorismo yihadista o la inmigración ilegal. Piensen que, en demasiadas ocasiones, detrás de esas noticias suele estar la mano de Marruecos. Deberíamos impedir entre todos que se salgan con la suya.

Susana Burgos
es periodista y consultora de comunicación

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