Rusia creará un supercolisionador para conocer el origen del universo y luchar contra el cáncer
Quién piense que Rusia está ‘muerta’ en la carrera espacial, está muy equivocado. De hecho, están muy centrados, participan activamente en la Estación Espacial Internacional, envían sondas y satélites al espacio y ahora están desarrollando un supercolisionador que parece querer hacer frente al Colisionador de Hadrones de Suiza, pues podría ser capaz de recrear incluso los primeros instantes del universo antes del Big Bang, entre otros interesantes proyectos.
Este supercolisionador se encuentra ubicado en Dubná, una población a unos 100 kilómetros de Moscú, y recibe el nombre de NICA. No obstante, el desarrollo del equipo está recibiendo igualmente ayuda internacional.
Una vez más se demuestra que en la ciencia, la comunidad internacional es capaz de unirse para alcanzar logros espectaculares. El NICA, es decir, Nuclotron based Ion Collider Facility, lleva ya cinco años de desarrollo gracias a un equipo multidisciplinar mundial que colabora con el JINR, el Instituto Conjunto de Investigación Nuclear.
Aun así, todavía queda mucho para ver operacional este colisionador. En total, son unos 1000 ingenieros y científicos los que participan en este proyecto que puede ver la luz final en 2023 de seguir a este ritmo.
Qué se pretende lograr con este supercolisionador
Este supercolisionador, que podría definirse como el padre de todos los colisionadores, está siendo desarrollado con fines bastante ambiciosos. De hecho, se quiere estudiar cómo se produce la transición de materia ordinaria a plasma quark-gluón, es decir, esa sopa primordial que pudo existir con enorme densidad y calor y que, tras explosionar, en pocas millonésimas de segundo dio paso al Big Bang hace casi 14000 millones de años.
Este aparato hará colisionar iones de oro, para ello, se ha incorporado un superconductor Nuclotrón. Gracias a su capacidad, podríamos observar y reproducir el origen del universo.
Pero no es esta la única finalidad. También se considera que gracias a este ingenio podremos encontrar soluciones prácticas para el tratamiento del cáncer y para actividades aeroespaciales.
Este supercolisionador se unirá al CERN, el Centro Europeo de Física de Partículas, que colabora con el JINR para trabajos espaciales, investigaciones y estudios centrados en tratamientos contra el cáncer. Todo ello con más de 5000 profesionales que han ampliado la plantilla de este organismo creado en 1956.
Se abre una nueva esperanza en el mundo de la ciencia gracias al trabajo de miles de profesionales que, en lugar de buscar confrontación, continúan trabajando por la unión de grandes talentos en pro de un futuro de la humanidad más saludable y solidario.
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