Ciencia
Vía Láctea

¿Por qué la Vía Láctea es una galaxia especial?

A nuestra galaxia, la Vía Láctea, se la denomina como una galaxia especial. ¿Sabes por qué motivos ocurre esto? Aquí te contamos un poco más, toma nota de ello.

Si te pones a mirar el cielo nocturno más allá de lo que se puede ver a simple vista, verás muchas estrellas, pero en realidad muchos de esos puntos de luz son galaxias: colecciones de millones a billones de estrellas. Entre las galaxias cuyas características se asemejan a nuestra Vía Láctea, nuestra galaxia es especial según un estándar cósmico, por tener dos satélites brillantes y cercanos, las Nubes de Magallanes Grandes y Pequeñas, visibles desde el hemisferio sur de la Tierra. Esto quiere decir que vivimos en una galaxia, nuestra isla estelar, la Vía Láctea, que se encuentra entre solo el 4% de galaxias similares con satélites cercanos brillantes.

¿Son tan típicos los satélites de la Vía Láctea?

Nigel Sharp, de la División de Ciencias Astronómicas de NSF, dijo: “Este es un excelente ejemplo de ciencias basada en datos. Comparando los universos “falsos” y “reales” es cómo discriminamos entre teorías exitosas y no exitosas. Este trabajo interconecta tres de las cuatro ramas de la ciencia: teoría, observación y simulación, para obtener un resultado científico poderoso”.

Los resultados de estos estudios también apoyan una teoría líder de la formación de galaxias llamada teoría de la Materia Oscura Fría (CDM). Esta teoría otorga lo que muchos piensan la explicación más sencilla para la disposición de las galaxias dentro del universo después del Big Bang.

Se asume que gran parte de la materia del Universo consiste en material oscuro que no puede ser observado por su radiación electromagnética (oscuro) y cuyas partículas constituyentes se mueven lentamente (frío). Se piensa que la materia oscura, un material invisible y exótico de composición desconocida, contribuye en la distribución general del Universo. La rareza de este aspecto de la Vía Láctea puede dar pistas sobre su historia de formación.

En cuanto a la formación de la Vía Láctea y sus vecinos de Risa Wechsler en Vimeo, el experto dijo: “Debido a que la presencia de dos galaxias como las Nubes de Magallanes es inusual, podemos usarlas para aprender más sobre nuestra propia galaxia”. Usando una simulación, el equipo identificó una muestra de las galaxias simuladas que tenían satélites que coincidían con los de la Vía Láctea en términos de su ubicación y velocidad.

Los distintos estudios del cielo como SDSS y las numerosas muestras de galaxias simuladas aportan una gran oportunidad para aprender sobre el lugar de nuestra galaxia en el Universo. Las futuras investigaciones permitirán extender este estudio a galaxias satelitales aún más tenues, para construir una visión más completa de nuestra galaxia.

Basándose en los datos del Sloan Digital Sky Survey (SDSS), un estudio de la astrofísica Risa Wechsler y su equipo de Stanford muestra que solo el cuatro por ciento de las galaxias tienen dos satélites tan brillantes y cercanos como los dos satélites más cercanos de la Vía Láctea, el Large y Pequeñas Nubes de Magallanes. El estudio comprueba la precisión de los modelos de simulación y aprueba la teoría CDM (materia oscura fría) de la formación de las galaxias.

Características de la galaxia

Las galaxias están formadas de estrellas, polvo y materia oscura, atraídos por la gravedad, aunque no se sabe con seguridad cuál es la composición exacta de las galaxias. Existen varias teorías, una se refiere a que después del Big Bang el espacio estaba compuesto casi en su totalidad por hidrógeno y helio.

Algunos científicos estiman que la gravedad unió el polvo y el gas para formar estrellas individuales, y estas estrellas se unieron a la colección formando galaxias. Otros afirman que la masa de lo que se convertiría en galaxias, se unió antes de que se crearan las estrellas dentro de ellas.

A principios de la década de 1900, muchos astrónomos pensaron que todo el universo se encontraba dentro de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Otros como Harlow Shapley, científico y director del Observatorio de la Universidad de Harvard, argumentaron que las manchas en forma de espiral que se creía que era polvo y gas estaban separadas y las llamaron “Universos insulares”.

En 1924, Edwin Hubbe pudo identificar a las estrellas pulsantes especiales denominadas variables cefeidas y se dio cuenta de que se encontraban fuera de lo delimitaría, el espacio conocido de la Vía láctea.  Estos objetos celestes eran colecciones de estrellas totalmente únicas a distancias que van más allá de nuestra galaxia natal.

Después de que Hubble tomara la distancia a las galaxias individuales, pasó a medir su desplazamiento Doppler: el que indica cuánta luz de las galaxias se extendía como resultado de sus movimientos. Esto lo llevó a afirmar que las galaxias alrededor de la Vía Láctea se están alejando de nosotros a velocidades inimaginables.

Por lo tanto, cuanto más lejos están las galaxias, es mayor la velocidad con la que se desplazan. Como resultado de esta observación pudo comprobar que el propio Universo se está expandiendo, lo que llevó a determinar años más tarde por otros científicos que la expansión se está acelerando.