No solo en la ruta: ¿cómo nos afecta la contaminación por ozono?
El ozono y el llamado ‘agujero de ozono’, lo asociamos a riesgos para el medio ambiente. Pero ¿cómo nos afecta la contaminación por ozono?
El ozono estratosférico, la conocida capa de ozono, que ayuda a proteger la Tierra de la radiación ultravioleta del sol, no debe confundirse con el ozono, que se inhala y se vuelve tóxico cuando aumenta su concentración. Este ozono, de las capas inferiores de la atmósfera, es un contaminante secundario, porque no es liberado directamente por ninguna actividad natural.
La contaminación por ozono
El ozono, o trioxigeno, es un gas con la fórmula química O3. Se forma como resultado de reacciones químicas entre compuestos orgánicos volátiles (hidrocarburos, disolventes, etc.), liberados por actividades industriales y diversos contaminantes presentes en el aire, como los óxidos de nitrógeno emitidos principalmente por el tráfico de vehículos.
Estas reacciones químicas se llevan a cabo en el aire bajo la acción de los rayos solares, especialmente los rayos UV, y es la razón por la que estas contaminaciones por ozono se producen principalmente en el verano, en periodos de fuerte sol y con poco viento que las disperse.
Extremadamente tóxico para los humanos
El ozono es un gas irritante que penetra fácilmente hasta las vías respiratorias más finas. Puede provocar irritación de los ojos, nariz y garganta, tos y dificultad para respirar, especialmente en ancianos, asmáticos y niños pequeños.
A altas velocidades, este gas reduce la capacidad de las plantas para realizar su fotosíntesis.
Los altos niveles de O3 dañan las células vegetales, alterando su reproducción y crecimiento, reduciendo así la producción de cultivos agrícolas, el crecimiento forestal y la biodiversidad, señala la Agencia Europea de Medio Ambiente.
A diferencia del ozono, las partículas y la materia microscópica suspendida en el aire, provienen directamente de la combustión y el transporte industrial y doméstico, Diesel particularmente.
Valores permitidos de O3
En Europa, no existe un valor límite legal para la afectación por ozono, a diferencia de lo que sucede con otros contaminantes atmosféricos, sino la consideración de un valor objetivo de 120 microgramos/m3 de media, durante 8 horas.
Para la protección de la salud a largo plazo, este valor no debe superarse más de 25 días al año, en un promedio de consideración de 3 años.
El ozono es un gas volátil que se mueve muy fácilmente con las masas de aire. Pero cuando las temperaturas se invierten entre la parte superior e inferior, cuando hace más calor a 400 metros de altitud que en el suelo, la contaminación se mantiene en la superficie.
El umbral de tolerancia corresponde a una media de 180 microgramos de ozono por metro cúbico, por hora.
En esta etapa, los efectos sobre los pulmones son notables, pero limitados y transitorios. Las recomendaciones sanitarias están dirigidas, particularmente, a las personas más sensibles.
Deja tus comentarios y opiniones sobre la contaminación por ozono. Comparte esta noticia con tus amigos, haciendo clic en los botones de tus redes sociales favoritas.
Lo último en Ciencia
-
La tecnología detrás de los drones: sensores y cámaras de última generación
-
Fin del misterio: una investigación revela la causa de las enormes tormentas de arena en Marte
-
Aviso inesperado de los geólogos: un supervolcán a punto de despertar va sumir al mundo en el caos
-
El descubrimiento sobre la Muralla China cambia la historia: se construyó para…
-
El avance de China que cambia las reglas del juego: un material imposible que acaba con las placas solares
Últimas noticias
-
La fecha de nacimiento que trae muy mala suerte, según la numerología
-
Hamás libera a 6 rehenes en dos actos propagandísticos: uno lo entrega en privado por ser beduino-israelí
-
Un soltero de ‘First Dates’ sorprende al confesar por qué todavía no ha perdido la virginidad
-
Así es la AfD de Alice Weidel, una lesbiana que ha logrado que la Alemania comunista vote a la derecha
-
Un refugiado sirio de 19 años, autor del apuñalamiento de un turista español en Berlín