Ciencia
Recursos estratégicos

Ni EEUU ni Ucrania: el metal más caro del mundo también está en Sudamérica, y puede valer 10 veces más que el oro

En el contexto de los metales estratégicos, hay un elemento que protagonizó un comportamiento errático en el mercado internacional. Su escasez y sus aplicaciones en sectores industriales sensibles lo pusieron en el pedestal como el metal más caro del mundo entero. Este no cuenta con minas propias, ya que se obtiene como subproducto en la explotación de otros elementos.

A pesar de que sus principales fuentes se encuentran en África y Asia, nuevas pistas geológicas apuntan a reservas incipientes en el continente sudamericano. La inestabilidad en la oferta global de este metal fue una de las claves de su comportamiento volátil en los mercados internacionales.

¿Cuál es el metal más caro del mundo y cuánto cuesta?

El metal más caro del mundo es el rodio, un elemento del grupo del platino cuya concentración en la corteza terrestre es extremadamente baja.

Se calcula que hay apenas 0,001 gramos por tonelada de roca. No existen explotaciones dedicadas exclusivamente a su obtención, ya que se extrae como derivado en la minería de platino, paladio o níquel.

Su cotización ha registrado picos históricos, alcanzando los 29.800 dólares por onza en 2021, según datos de Mining.com y la Bolsa de Metales de Londres. En contraste, el oro rondaba los 1.800 dólares por onza ese mismo año.

Esta diferencia superior a diez veces se debe a su oferta limitada y a su alta demanda en sectores clave como el automovilístico, donde se utiliza en convertidores catalíticos para reducir emisiones contaminantes.

El comportamiento de su precio ha sido altamente volátil. Este fue la cotización que tuvo a lo largo de los últimos años:

La producción mundial anual ronda las 30 toneladas. Aproximadamente el 80% proviene de Sudáfrica, concretamente del complejo ígneo de Bushveld, donde el rodio se obtiene de sulfuros de níquel y cobre. Rusia, con un modelo de extracción asociado al níquel, ocupa el segundo lugar en producción global.

¿En qué parte de Sudamérica podría haber depósitos de rodio?

Aunque el continente sudamericano no figura entre los grandes productores, diversos estudios han señalado posibles depósitos de rodio en Brasil, Colombia y Venezuela.

En Colombia y Brasil, este metal estaría asociado a regiones donde se explota platino. En 2022, el Ministerio de Desarrollo Minero de Venezuela informó sobre indicios de rodio en el estado Bolívar. Sin embargo, estos hallazgos aún no figuran en las reservas oficiales del Banco Central.

En estos territorios, el rodio aparece como una posibilidad emergente, vinculada a yacimientos ya existentes de otros metales. Su extracción, sin embargo, dependerá del desarrollo tecnológico, la viabilidad económica y la estabilidad política de las zonas implicadas.

¿Para qué se usa el rodio, el metal más caro del mundo?

El rodio se emplea en diversas industrias, pero su uso principal está en la fabricación de convertidores catalíticos, que ayudan a reducir emisiones de óxidos de nitrógeno en los vehículos. También se utiliza en:

Su uso en joyería no está exento de problemas técnicos. Las capas de rodio aplicadas suelen ser finas, lo que permite rayones que afectan tanto la apariencia como la durabilidad. Algunas joyerías ofrecen tratamientos de rechapado para restaurar el acabado.

Por otro lado, el rodio también puede obtenerse como producto de la fisión del uranio-235, presente en el combustible nuclear usado. Sin embargo, este proceso es costoso y requiere largos períodos de enfriamiento radioactivo, por lo que no ha sido adoptado a gran escala.

¿Por qué el rodio es tan costoso?

El modelo de extracción del rodio condiciona toda la cadena de suministro. Al no ser rentable explotarlo de forma directa, cualquier esfuerzo por aumentar su producción implica también una mayor oferta de otros metales, como el platino o el paladio, lo que distorsiona sus respectivos mercados.

Este desequilibrio provoca que el metal más caro del mundo enfrente ciclos de escasez que disparan su precio sin previo aviso.

Además, gran parte del rodio que se recupera actualmente proviene del reciclaje de convertidores catalíticos de vehículos en desuso. Esta práctica, aunque útil, no cubre la demanda total, lo que mantiene al mercado en una situación de vulnerabilidad estructural.

Las previsiones a futuro dependen de múltiples factores: políticas medioambientales más estrictas, evolución del mercado automovilístico, desarrollo de tecnologías de movilidad alternativa y fluctuaciones geopolíticas. Dicho todo esto, la aparición de reservas en Sudamérica podría tener un impacto relevante si se confirma su viabilidad industrial.