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Avances científicos

Gran hallazgo en medicina dental: médicos japoneses desarrollan una fórmula para regenerar los dientes

Una nueva investigación en Japón llamó de golpe la atención del ámbito médico tras iniciarse ensayos en humanos con una sustancia que podría regenerar los dientes, ante una pérdida dental. El avance, que tuvo lugar en instituciones médicas de Osaka y Kioto, fue desarrollado a partir de estudios previos en animales.

Aunque el tratamiento aún está en fase de pruebas, los primeros datos aportan información significativa sobre su potencial aplicación. El objetivo a largo plazo es ofrecer una solución médica que permita regenerar los dientes de forma funcional y segura.

Así fue el avance de la medicina dental para regenerar los dientes en humanos

Desde hace décadas, las soluciones para la pérdida dental se han centrado en prótesis, implantes o tratamientos paliativos. Sin embargo, investigadores del Kitano Hospital en Osaka han comenzado a probar una fórmula que apunta a regenerar los dientes de forma natural.

El desarrollo ha sido posible gracias a un hallazgo relacionado con un gen conocido como USAG-1 (Uterine Sensitization–Associated Gene-1).

Este gen, implicado en la inhibición del desarrollo dental, fue estudiado en ratones con agenesia dental, una condición que impide la formación de piezas dentales. El equipo identificó un anticuerpo capaz de bloquear la interacción entre USAG-1 y las proteínas morfogenéticas óseas (BMP, por sus siglas en inglés), facilitando así la regeneración dental en modelos animales.

El descubrimiento fue comunicado por la Universidad de Kioto en 2021. Aquel estudio sirvió de base para iniciar ensayos clínicos en humanos, que comenzaron en septiembre pasado.

Detalles del ensayo y características del tratamiento

Según los responsables del proyecto, los ensayos en hurones fueron determinantes para avanzar en esta etapa. Los hurones, al igual que los humanos, tienen dentición difiodonta, lo que significa que desarrollan dos generaciones de dientes: temporales y permanentes. Esto los convierte en un modelo idóneo para investigar terapias de regeneración dental.

El doctor Katsu Takahashi, jefe del área de odontología del hospital, declaró al medio japonés The Mainichi que el objetivo es cubrir una necesidad médica real: «Queremos hacer algo para quienes sufren pérdida o ausencia dental. Aunque hasta ahora no ha existido un tratamiento curativo permanente, sabemos que las expectativas respecto a la regeneración dental son elevadas».

¿Qué ocurrirá con este descubrimiento dental y cuáles son los próximos pasos?

Si los ensayos actuales finalizan con resultados positivos, los investigadores planean extender las pruebas a un grupo pediátrico. En esta siguiente fase, el fármaco se aplicaría a menores de entre dos y siete años con una agenesia dental severa (al menos cuatro dientes ausentes).

El objetivo del equipo médico es que el tratamiento esté disponible comercialmente antes del año 2030.

Aunque en esta etapa se prioriza a personas con carencias dentales de origen congénito, la intención es que pueda usarse más adelante para regenerar los dientes en casos de pérdida adquirida, como puede ocurrir por traumatismos o enfermedades periodontales.

¿Cómo influye este avance en el estudio de la medicina regenerativa?

La línea de investigación se basa en el uso de anticuerpos monoclonales, una técnica empleada habitualmente en el tratamiento del cáncer y otras enfermedades autoinmunes. En este caso, la estrategia se centra en alterar la señalización genética que impide la formación dental, permitiendo que el organismo recupere la capacidad de generar piezas dentales.

A diferencia de métodos mecánicos como los implantes, esta propuesta trabaja a nivel molecular, activando rutas biológicas específicas que pueden inducir el crecimiento de nuevas piezas dentales sin necesidad de intervención quirúrgica invasiva.

Por último, y a tener en cuenta, la aplicación de este tratamiento en humanos plantea interrogantes sobre su alcance, duración y eficacia a largo plazo. También se estudian posibles implicaciones éticas, especialmente en el uso infantil. Por ahora, los ensayos clínicos siguen las regulaciones médicas y protocolos exigidos en Japón para estudios de este tipo.