Ciencia
Exploración espacial

BepiColombo, un viaje de 7 años a Mercurio

Aunque buena parte de los hitos históricos en el espacio vienen desde Estados Unidos a través de su agencia aeroespacial, la famosa NASA, la cosa parece que quiere cambiar. Y es que en los últimos años, otros países e incluso continentes se han unido para lanzar sus propias carreras espaciales buscando explorar el universo. El ejemplo más reciente que conocemos es el de BepiColombo, que une los destinos de Europa y Japón en un viaje de 7 años que llevará a esta nave hasta Mercurio para conocer un poco mejor el planeta más cercano al Sol.

Este proyecto es una colaboración estrecha entre la ESA, la Agencia Espacial Europea, en la que participa España, y la JAXA, la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial.

Y es que, a pesar de que Mercurio es un planeta relativamente cercano a la Tierra, apenas unos 100 millones de kilómetros nos separan de él, es un gran desconocido para nosotros, ya que hemos centrado los esfuerzos de exploración principalmente en Marte, Júpiter o Saturno.

Aun así, la BepiColombo no será la primera sonda que visite este pequeño mundo a pocos millones de kilómetros del Sol, pero sí puede ser la primera que desvele un buen número de secretos que todavía nos esconde este planeta de dimensiones reducidas.

El viaje a Mercurio de BepiColombo

En total, será un largo viaje que transcurra durante 7 años y dos meses hasta que llegue a ponerse en órbita de Mercurio. Allí comenzarán las operaciones científicas que tienen previsto su arranque para el lejano mes de marzo de 2026. Una vez desplegados todos los equipos, se pondrá en marcha una concienzuda investigación de este mundo durante 365 días que, si la cosa funciona y tiene éxito, se podría alargar durante otro año más.

BepiColombo cuenta con dos orbitadores y un módulo de transferencia que han sido diseñados tanto por la JAXA como por la ESA. Todo el equipo fue lanzado desde el centro espacial Kurú en la Guayana francesa a bordo de una nave Ariane 5.

Ahora, toca un largo viaje hasta Mercurio hasta alcanzar su órbita para investigar este mundo en detalle, desde su exosfera y magnetosfera hasta su composición. De esta forma se podrán complementar los datos antiguos que tenemos desde que la NASA enviase la misión Mariner 10 en los años 70 y la Messenger hace unos 10 años.

Ahora, se espera poder responder a las cuestiones que misiones previas han dejado en el aire, como la existencia de hielo, el interior del planeta o un campo magnético a unos 400 kilómetros de distancia de su centro.