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Los astrólogos no dan crédito: un estudio en el New York Times dice que el horóscopo lleva 2000 años desactualizado

El horóscopo ha formado parte de la vida cotidiana en distintas culturas, desde la antigua Babilonia hasta las aplicaciones móviles actuales. Sus signos, aparentemente inamovibles, se han utilizado durante siglos como referencia de identidad y de interpretación simbólica del destino.

Sin embargo, un estudio publicado en el New York Times señala que la relación entre constelaciones y calendario zodiacal ya no corresponde a la realidad celeste. La precesión de los equinoccios, sumada a otras variaciones en la órbita terrestre, ha desplazado las posiciones originales, generando un desfase que desafía la idea clásica de los doce signos.

¿Por qué el New York Times afirma que el horóscopo lleva 2000 años desactualizado?

El fenómeno que explica esta diferencia recibe el nombre de precesión axial. La Tierra, al girar como un trompo, presenta un ligero movimiento de tambaleo que altera gradualmente la orientación de su eje. Este ciclo dura unos 26.000 años y provoca un corrimiento de un grado cada 72 años en la posición aparente de las estrellas.

Cuando los babilonios diseñaron el zodíaco, el Sol se encontraba en Aries durante el equinoccio de primavera. Hoy, debido a la precesión, el Sol ocupa la constelación de Piscis en la misma fecha. El desplazamiento acumulado en más de dos milenios cuestiona la validez astronómica del horóscopo.

El astrónomo griego Hiparco de Nicea ya detectó esta oscilación en el siglo II a.C. Lo hizo midiendo eclipses lunares y comparando sus observaciones con registros antiguos. Sus cálculos, rudimentarios pero precisos, coinciden con los datos de la astronomía moderna.

La constelación ignorada por el horóscopo: Ofiuco

Otra de las críticas señaladas en el reportaje es la exclusión de la constelación de Ofiuco, situada entre Escorpio y Sagitario. El Sol transita por ella durante parte del año, lo que implicaría la existencia de un decimotercer signo zodiacal.

El New York Times indica que los babilonios probablemente decidieron mantener solo doce signos para adaptarlos al calendario de doce meses. Sin embargo, el hecho de que Ofiuco quede fuera del horóscopo evidencia que el sistema zodiacal fue una construcción cultural más que una representación exacta del cielo.

El astrofísico Neil deGrasse Tyson ha ironizado en varias ocasiones sobre la arbitrariedad de las constelaciones, señalando que muchas de ellas apenas sugieren las figuras con las que fueron bautizadas.

¿Por qué los signos son desiguales y cómo se divide el cielo?

El diseño original del zodíaco repartió el firmamento en doce partes iguales de 30 grados cada una, como si se tratara de una rueda perfectamente simétrica.

Sin embargo, las constelaciones reales no tienen esa proporción. Algunas son extensas, como Virgo, mientras que otras, como Escorpio, ocupan una franja muy pequeña.

En 1928, la Unión Astronómica Internacional delimitó oficialmente 88 constelaciones. Estas no coinciden con las divisiones regulares del horóscopo, lo que demuestra que la astrología occidental nunca reflejó de manera exacta el mapa estelar.

¿Cómo se defendieron los astrólogos frente a estas críticas?

Frente a las críticas, astrólogos contemporáneos han respondido que el horóscopo occidental utiliza el zodíaco tropical, un sistema simbólico que no depende de las constelaciones, sino de las estaciones del año. Según esta visión, Aries comienza siempre con el equinoccio de primavera y Capricornio con el solsticio de invierno, sin importar la posición real de las estrellas.

La astróloga Aliza Kelly explicó en una entrevista recogida por la revista People que «la astrología tropical occidental moderna no se basa en las constelaciones, sino en las estaciones». De igual modo, Chani Nicholas señaló que los artículos que denuncian el desfase del zodíaco suelen olvidar este matiz conocido por los profesionales del sector.

Dorian Greenbaum, historiadora de la astrología en la Universidad de Gales Trinity Saint David, comentó al New York Times que «los astrólogos occidentales están bien conscientes de esta discrepancia, pero trabajan con un sistema simbólico que consideran igualmente válido».

Un debate entre la ciencia y la tradición

Históricamente, la frontera entre astronomía y astrología no siempre estuvo clara. Figuras como Galileo o Kepler elaboraban horóscopos para sus mecenas, mientras avanzaban en descubrimientos científicos.

La separación entre ambas disciplinas se produjo durante la Ilustración, cuando la astrología fue apartada de los ámbitos académicos.

A pesar de ello, el horóscopo ha seguido vigente, adaptándose a cada época: de los templos mesopotámicos a las secciones de revistas y, más recientemente, a las redes sociales. Su permanencia responde, según Greenbaum, a su capacidad de reinventarse como herramienta simbólica y cultural.

Hoy, aunque la ciencia demuestra que los signos no coinciden con las constelaciones actuales, la astrología mantiene su popularidad en gran parte del mundo occidental.