Enseñar a los niños a comer sano
Ser paciente, dar ejemplo e implicar a los niños a la hora de cocinar son algunas de las pautas que nos van a servir para enseñar a los niños a comer sano.
¿Cómo podemos enseñar a a los niños a comer sano? ¿Cómo conseguir que coman variado y con alimentos naturales sin que pongan pegas? Lo analizamos ahora con una serie de pautas que seguro que van a funcionar incluso en niños que se resisten a comer por sistema.
Enseñar a los niños a comer sano
Caramelos, «chucherías» helados, pizzas, hamburguesas, patatas fritas…todas estas cosas rodean a nuestros niños. No es de extrañar que una simple manzana pierda su atractivo para probarla y que sean muchos los padres y madres que acaban en una situación en la que se ven desesperados por hacer que sus hijos coman sanos.
¿Qué podemos hacer? Lo primero y principal es establecer un menú diario de desayuno, comida, merienda y cena en el que logremos que el niño o niña coma de todo durante toda la semana. De nada sirve proponerse una dieta sana si lo primero que hacemos es preguntarle a un niño o niña pequeño/a qué le apetece comer porque seguramente te pedirá que le prepares siempre lo mismo.
Debemos ponernos el «traje» de padre o madre más que nunca y hacer que la dieta de nuestros hijos sea variada y sana desde su más tierna infancia y sin olvidarnos además que dar ejemplo es otra de las claves para lograr nuestro objetivo.
Además de lo mencionado, si aplicas estas siete pautas, seguro que lograrás que tu hijo o hija reticente a comer sano, comienza a cambiar de actitud y poco a poco, mejora su alimentación:
- Comienza con verduras dulces: intente incorporar todos los componentes de una dieta sana y equilibrada comenzando por las verduras, pero es mejor elegir aquellas que tengan mejor sabor como los guisantes o las judías verdes y además, si vemos que les cuesta, combinadas por ejemplo con arroz o un poco de patata hervida. Además, puedes prepararles también un poco de pepino o zanahoria rallada añadiendo esta a su carne o pescado.
- Apuesta por la sopa: La sopa suele gustar bastante a los niños dado que podemos «jugar» a ponerle la pasta que más les guste ya sean bolitas pequeñas , fídeos o como no, pasta de letras. Los caldos son nutritivos, especialmente si son de pollo y verduras, de modo que aprovechemos para darles sopa varias veces a la semana.
- Frutas: La única manera de que los niños coman fruta es ofreciéndola a diario, ya sea como postre o como merienda. Para que se acostumbren y no se muestren reticentes, los niños pueden degustar trozos de fruta cortados en forma de flores u otras formas que ellos mismos pueden crear, por ejemplo, con la ayuda de un cortador de galletas.
- Cocinemos juntos: intentemos involucrar a nuestros hijos en la preparación de las comidas. Deje que te ayuden también a poner la mesa, servir la comida en un plato, preparar un postre de frutas o preparar un batido. Poder preparar una comida saludable para su madre, padre o invitados los inspirará a comer de forma saludable ellos mismos. Les resultará más fácil entablar una relación con la comida que luego asociarán con un agradable ritual familiar.
- La estrella del espectáculo – la «licuadora»: A muchos niños les gustan las frutas en forma de puré o batido. Podemos añadir hojas verdes (como lechuga, espinaca, lechuga de cordero, perejil o hojas de zanahoria), que son las verduras más nutritivas y forman una mezcla equilibrada con la fruta. Algunos niños se desaniman por el color verde. Así que comienza con una pequeña cantidad de verde y aumenta con el tiempo. Y lo más importante: cuéntales a tus hijos sobre los alimentos saludables para que puedan verlos como algo natural desde una edad temprana.
- El poder de las semillas de chía: estas pequeñas semillas maravillosas fueron descubiertas por los antiguos mayas y aztecas hace unos cinco mil años. No en vano, las semillas de chía se consideran un superalimento: son extremadamente ricas en antioxidantes, fibra, proteínas y ácidos grasos omega-3. Intenta agregarlas a algunas de las comidas favoritas de tus hijos, para obtener un puré de frutas más espeso o una deliciosa bebida hecha con semillas de chía remojadas y frutas mixtas.
- Y para los golosos, apuesta por caramelos sanos: algunos niños simplemente no pueden resistirse a los dulces. Enséñales que incluso las golosinas pueden ser saludables. Verás lo rápido que se enamorarán de los postres crudos y delicias elaboradas con frutas, frutos secos y semillas de calidad.
Un ultimo consejo
- Se paciente: más que en cualquier otro lugar, la paciencia es una virtud. No intentes cambiar rápida y drásticamente la dieta de tu hijo, eliminando todos los alimentos que le gustan (pero que no son sanos). Poco a poco incorpora pequeños cambios y deja que el niño descubra los alimentos que hasta la fecha ha rechazado o sencillamente no conocía.
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