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Cuidados del bebé

Regurgitación del recién nacido: ¿qué hacer?

La regurgitación del bebé es algo de lo más normal, aunque podemos aplicar algunas pautas a la hora de alimentar al recién nacido que evitará que se produzca.

La regurgitación del recién nacido siempre preocupa mucho a los padres, en especial cuando se trata de padres primerizos. Veamos entonces con detalle porqué se produce la regurgitación de nuestro bebé, cómo evitarla y qué hacer

¿Os habéis convertido recientemente en padres y no sabéis cómo lidiar con la regurgitación del bebé ? Queremos ofreceros algunos consejos útiles, para estar preparados y que os sirvan resolver fácilmente todas las dudas para poder hacer frente este «problema» por el que pasan todos los bebés durante sus primeros meses de vida.

Regurgitación del recién nacido: ¿qué hacer?

En primer lugar es importante aclarar que la regurgitación del recién nacido es simplemente una pequeña cantidad de leche que sale de la boca del bebé inmediatamente después de alimentarse o tras unas pocas horas después de haber tomado el pecho. Puede suceder incluso que le demos el pecho o el biberón por la noche, y que al despertarse por la noche, veamos una mancha de leche en la almohada o alrededor de la boca del bebé.

Es posible que la regurgitación de la leche sea líquida, pero también se puede dar el caso de que aparezca en forma de grumos, debido a la digestión en progreso, y tomará el nombre de reflujo gastroesofágico. En el caso de que el bebé regurgite nada más comer veremos entonces que la leche es completamente líquido, pero si ya han pasado unas horas, aparece en forma de grumo.

Si el reflujo ocurre repetidamente durante varios días, es aconsejable consultar a un pediatra, para evitar la irritación del esófago que puede causar dolor e incomodidad al bebé. En cualquier caso, los padres no deben tener miedo y seguir estos consejos que son sencillos pero efectivos que nos van a permitir evitar el problema de la regurgitación.

  1. Lo primero que tenemos que hacer es prestar atención a la inclinación del biberón durante la alimentación, para que la tetina esté siempre llena de leche y sin aire, porque a menudo es lo último lo que determina el problema. Otra precaución es verificar que los orificios a través de los cuales pasa la leche sean lo suficientemente anchos: de lo contrario, el líquido tendría dificultades para descender y esto provocaría que el bebé trague aire.
  2. En el caso de los bebés que toman el pecho, es necesario asegurarse que el bebé esté bien colocado para que pueda coger el pezón y succionar sin la necesidad de tener que separarse para coger aire. Para ello debes colocar la cabeza del bebé apoyada en tu brazo y acercar este hacia el pecho, que es mejor sujetar con la mano del brazo contrario de modo que lo puedas acomodar mejor para que lo coja el bebé.
  3. Otro truco simple es tomar pequeños descansos durante la alimentación : de esta manera, el flujo de leche ingerida se ralentiza, lo que promueve la digestión . Para poner en práctica este consejo, solo separa a tu bebé del pecho o del biberón durante unos segundos antes de volver a colocarlo y repita esta pequeña pausa dos o tres veces.
  4. Una vez que termine la alimentación, tenéis que evitar volver a colocar al bebé en la cuna inmediatamente y mucho menos en posición horizontal.Al igual que para los adultos, es bueno dejar pasar un tiempo después de la comida antes de acostarse, así que debemos seguir el mismo principio con tu bebé. La mejor manera de evitar la regurgitación del recién nacido es colocarlo sobre el hombro , favoreciendo el eructo, y esperar al menos media hora antes de cambiarlo y volver a colocarlo en la cuna.