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Cómo manejar el aburrimiento de los niños por la cuarentena

Saber cómo sacar partido al aburrimiento de los niños en casa por la cuarentena, puede servir para que aprendan a invertir mejor su tiempo.

Tras dos semanas en casa por el estado de alarma en España, es posible que los niños comiencen a notar el cansancio o el hastío por no poder salir a la calle. No nos desesperemos si los niños dicen que se aburren. Podemos sacar partido a esta situación ya que os vamos a dar las pautas para saber manejar el aburrimiento de los niños por la cuarentena.

A día de hoy, el estado de alarma por la crisis sanitaria del coronavirus se mantendrá hasta el 11 de abril, por lo que es posible que los niños ya estén cansados de todo este tiempo de cuarentena y más cuando deben asumir otras dos semanas.

Cómo manejar el aburrimiento de los niños por la cuarentena

Por mucho que ocupen sus días con las tareas escolares y otras actividades, algunas de las cuáles ya os hemos propuesto en post como este, es posible que pasen momentos completamente aburridos y nosotros como padres, no debemos enfadarnos con ellos por esta actitud. Tan solo es cuestión de saber sacar partido a esa situación.

El aburrimiento como herramienta de aprendizaje

Aunque no lo parezca, el aburrimiento es el verdadero motor del aprendizaje , la autoconciencia y el contacto íntimo con uno mismo . Aburrirse estimula la mente, siempre y cuando los momentos de vacío no se llenen de pasatiempos que vean a los niños como sujetos pasivos de entretenimiento.

Los momentos «vacíos» de compromisos y actividades, por lo tanto, son fundamentales para un crecimiento sano y sereno y se pueden utilizar para alentar al niño a que imagine, a que dibuje sin un tema o propósito, o sencillamente a que construya o haga algo sin que sea necesario que tenga un sentido.

El secreto radica en no estructurar las actividades de los niños y la forma en que juegan, lo que les permite decidir los tiempos, los espacios y las formas de divertirse.

Hacer frente al aburrimiento de los niños de forma productiva

Para enfrentar el aburrimiento, por lo tanto, no es aconsejable proponer nuevos juguetes o nuevos estímulos en forma de actividades. De hecho, desde una edad muy temprana es una buena regla evitar sumergir a los niños con objetos y tareas que solo requieren ser utilizados o realizados de manera completamente pasiva. Al jugar de esta manera, de hecho, los niños se acostumbrarán a la pasividad a expensas de la creatividad, la acción personal y la planificación.

Es importante enseñar a nuestros hijos a manejar el aburrimiento . Si los padres estamos ocupando el tiempo de nuestros hijos, nunca aprenderán a organizar su tiempo de forma independiente. En cambio, al dejarles la libertad de aburrirse, y más estos días en los que no pueden salir de casa, nos aseguramos de que se motiven a hacer cosas. Nuevamente, el aburrimiento es el factor determinante: es la mejor manera de hacer que los niños sean autosuficientes.

El aburrimiento como forma de arte

No es fácil aprender el arte de aburrirse, pero los padres deben ser los primeros en comprender su importancia. En primer lugar, debemos aceptar este estado como una condición admisible y no evitable, aceptando el aburrimiento sin caer en la tentación de tener que llenar el tiempo por la fuerza . En lugar de perseguir el tiempo, trata de estirar algunos momentos del día de las siguientes maneras:

Aprovechar el aburrimiento para crear

El aburrimiento es fundamental para el desarrollo de la creatividad en los niños . Por esta razón, debemos estimularlos para que encuentren una forma divertida de pasar su tiempo solos y no ofrecerles entretenimiento constante.

Además, la capacidad de aburrirse le permite al niño crecer , porque le da la oportunidad de contemplar y analizar la vida en lugar de vivirla sin detenerse a pensar en lo que sucede. Es correcto que los niños se tomen su tiempo para comprender lo que más les interesa, y por ello el aburrimiento es fundamental: es precisamente el aburrimiento saludable el que hace que surjan las mejores ideas.

¿Qué ocurre cuando el niño «no sabe qué hacer»?

En el caso de que los niños no tengan una idea de qué hacer, es posible ofrecerles algunas opciones.

Mientras tanto, se le puede pedir que colabore en tareas domésticas simples y actividades comunes de la vida familiar. Estos modos de entretenimiento, de hecho, representan sistemas alternativos válidos para el aburrimiento . De esta manera los niños estarán más involucrados en la vida familiar y no se sentirán excluidos de las actividades en las que ven a sus padres involucrados.

Una sugerencia muy útil que les podemos dar, aunque puede que no sea bien aceptada por los niños, sigue siendo ofrecer a nuestros hijos la lectura de un libro.

La solución no es abandonar a los niños para que busquen su propia diversión y tampoco hiperestimularlos. La solución radica en enseñarles a leer la realidad y hacer que entren en contacto con ellos mismos, con sus emociones y recursos.