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Aspectos emocionales del tercer trimestre del embarazo

Miedo, estrés, preocupación y emoción son algunos de los aspectos emocionales que caracterizan el tercer trimestre del embarazo.

El embarazo es algo marcado por los cambios no solo a nivel físico sino también emocional y además se producen durante los nueve meses que dura, aunque es posible que al llegar a la recta final, nos encontremos con sentimientos cada vez más encontrados. Conozcamos entonces cuáles son y cómo lidiar con los aspectos emocionales del tercer trimestre del embarazo.

Aspectos emocionales del tercer trimestre del embarazo

Cuando el embarazo está terminando su período natural y la pareja madre / bebé se está preparando emocional y físicamente para el parto es posible que se den algunos sentimientos que pueden diferir a los que se suelen tener durante los dos primeros trimestres.

De hecho, de este modo se caracteriza cada trimestre del embarazo en lo que respecta al aspecto emocional:

El primer trimestre se caracteriza por dudas, miedos, y malestar psicofísico en ocasiones, además de todo el estrés que se suele sentir por todos los controles y cambios a los que la mujer se somete.

El segundo trimestre sin embargo se caracteriza por el bienestar, y un sentimiento de simbiosis con el bebé que además durará en todo lo que queda de embarazo.

El tercer trimestre se caracteriza por la preparación del desprendimiento fisiológico y al parto y sin duda el sentimiento que más se tiene es el miedo, aunque se puede experimentar estrés, preocupación, dudas y como no, emoción constante porque se acerca la hora del nacimiento.

Cómplices como siempre tenemos a las hormonas, oxitocina y endorfinas, para preparar todos esos cambios para dar la bienvenida al feto: favorecen la separación, la llegada de las contracciones y la correcta posición del feto en el útero, o ese instinto llamado nidificación que ayuda a la madre a hacer espacio para esta criatura en el entorno, adquiriendo conciencia de las propias habilidades.

Otras hormonas , como la progesterona y la relaxina, promueven el deseo de dar a luz y relajan las articulaciones de la pelvis.

Pero la verdadera palabra clave de este período, especialmente de las últimas semanas, es ambivalencia: pasamos de “No puedo esperar a que nazca” a “Tengo miedo al parto, si todavía se queda aquí dentro de mí por unos días es mejor ”.

Las pesadillas, los miedos, esas sensaciones de malestar como las náuseas y la acidez que caracterizaron el primer trimestre pueden volver, simplemente hay que cerrar el círculo.

Estos últimos meses también son importantes para el feto , que se desprende cada vez más de la simbiosis de la vida con su madre, iniciando diferentes ciclos de sueño-vigilia y se prepara para el nacimiento, mediante movimientos de empuje en preparación para el parto, busca la posición correcta, la cefálica, nacer e iniciar una actividad de hipo para aprender a respirar de forma autónoma fuera del útero materno.

Esta situación y estas emociones son completamente fisiológicas y favorecen el nacimiento mismo ; en ese preciso momento nace una madre y nace un niño.

Contar con el apoyo de una matrona ayuda a afrontar esta fase con más calma y conciencia, a resolver dudas y miedos, a prepararse físicamente para el parto, con ejercicios de preparación y a organizar los espacios en casa con total seguridad.