Sa Feixina, derribar un monumento fascista

Desde la izquierda, y en concreto la entidad Memoria de Mallorca, se ha venido reclamando desde hace años que se incluyera el monumento de Sa Feixina, dedicado al crucero Baleares, en el censo estatal de simbología franquista. O sea, que es un monumento fascista que merece ser derribado porque «vulnera la memoria democrática de nuestro pueblo y ofende la dignidad de las miles de víctimas civiles inocentes».
Pero esta pretensión sobre un monolito levantado en 1948, en honor a los fallecidos por el hundimiento en plena Guerra Civil del crucero Baleares por destructores republicanos, fue adaptado a la Ley de Memoria Histórica en 2010 y despojado de toda connotación franquista durante el gobierno municipal de la ex alcaldesa socialista Aina Calvo. Y ahora este Ayuntamiento da un paso más y culmina su protección aprobando modificar el Plan General de Palma para incluir sa Feixina en el Catálogo de Edificios y Elementos Protegidos de la Ciudad.
La medida adoptada está en línea con la decisión aprobada en octubre de 2023 por el Consell de Mallorca, que es la institución que tiene competencias en materia de patrimonio, declarándolo Bien Catalogado. Entretanto una larga historia con cinco años de batallas en los tribunales: la protección del monolito de Sa Feixina de Palma la decidió, en primera instancia, el Juzgado de lo contencioso-administrativo número 3 de Palma y posteriormente en junio de 2021 el Tribunal Superior de Justicia de Baleares.
Y una vez desprovisto de cualquier simbología anterior, ahora representa «un clamor por la paz y contra las dictaduras». En resumen y como acertadamente señaló ARCA, «el paso de la historia deja su huella en elementos patrimoniales y nos ayuda a conocer, entender y no repetir errores».
MARTES: ¿UN PANORAMA PREOCUPANTE? Baleares debería incrementar el parque de viviendas entre 93.800 y 230.400 unidades nuevas de aquí a 2040 para dar respuesta al crecimiento poblacional proyectado hasta ese año. Esa arriesgada estimación la hace el Cercle d’Economia de Mallorca en base a previsiones extraídas del Instituto Nacional de Estadística y el Institut d’Estadística de Balears.
Este intenso crecimiento, que nos situaría a la cabeza del Estado en ese apartado, acarrearía serias repercusiones en materia sanitaria, educativa, social y de vivienda, así como sobre el consumo de energía, producción de residuos o necesidad de recursos hídricos. ¿Estamos ante un panorama muy preocupante o aquí conviene, como en todo, matizar mucho estas suposiciones? Mala cosa es ceder a la tentación catastrofista y en ello parece que estamos. La inteligencia humana es capaz de reconvertir estas previsiones y seguramente así será. De todas formas, bien está que andemos al tanto no fuera a ser que todo lo tan catastróficamente previsto acabara siendo una realidad o, como mínimo, aunque solo sea un parte de la realidad.
MIÉRCOLES: SON BANYA, CIUDAD SIN LEY. Ante una demostración de fuerza del narcopoblado de Son Banya, que deberían haber cortado de llano las fuerzas de seguridad del Estado, tan desasistidas aquí por el ministro Marlasca pese al incesante incremento de la delincuencia que daña nuestra principal industria, ha tenido que ser el Ayuntamiento de Palma, tal como prometió su alcalde, el que derribara las obras ilegales que levantaron los clanes de la droga que habitan el poblado chabolista para retar a la Policía y demostrar su impunidad. Mal asunto cuando quien dirige la policía parece ceder ante la delincuencia, pero así son las cosas.
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