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LA BUENA SOCIEDAD

Mar Aldeguer, custodia del vidrio soplado mallorquín

Mar Aldeguer (Mallorca, 1963) pertenece a la octava generación de una de las sagas artesanas más antiguas de Europa: la familia Gordiola, custodios del emblemático vidrio soplado mallorquín desde el siglo XVIII. Su historia personal está unida de forma inseparable al fuego, al aire y a la alquimia del vidrio. Como recuerda el Magazine de La Vanguardia, Mar «nació prácticamente encima de los hornos», creciendo entre maestros vidrieros, minerales incandescentes y un patrimonio transmitido de padres a hijos durante más de 300 años. Ese arraigo ha marcado toda su vida: su forma de mirar, crear y entender la belleza.

Aunque su origen parecía predestinarla a continuar la tradición familiar, Mar comenzó su trayectoria profesional lejos de los hornos. Estudió Ciencias de la Información y se formó con un Máster en Publicidad y Comunicación Empresarial, iniciando una etapa como periodista. Durante esos primeros años escribió sobre diseño, estilo de vida y decoración, desarrollando una sensibilidad estética que más tarde se convertiría en la base de su propio lenguaje creativo.

En 2006 dio un giro fundamental a su vida profesional: fundó Coolook, la marca de joyería que la situaría como una de las creadoras españolas más reconocidas de su generación. Coolook nació de su fascinación por las piedras naturales, los colores orgánicos y el brillo imperfecto de los materiales vivos. Aunque no trabaja con vidrio en sus joyas, Mar reconoce que toda la paleta cromática que la inspira procede de su infancia en Gordiola: los verdes minerales, los ocres de la arena fundida, los turquesas del fuego y los tonos humo del vidrio soplado artesanal.

Su sello se caracteriza por la combinación de diseño contemporáneo, artesanía, sostenibilidad, metales nobles y gemas talladas a mano. Esa coherencia estética llamó pronto la atención del público y de la prensa especializada. A lo largo de los años, sus piezas han sido lucidas por numerosas figuras públicas, lo que impulsó la consolidación de Coolook como marca nacional e internacional.

Mar Aldeguer, en la zona de Dalt Murada de Palma.

A pesar del éxito de su empresa, Mar nunca se ha desvinculado de su legado familiar. En la actualidad sigue muy vinculada a Vidrios Gordiola, participando en la preservación y difusión de esta tradición reconocida como un referente de artesanía histórica. El reportaje del Magazine de La Vanguardia subraya la importancia de su papel dentro de la herencia familiar, una herencia que ha sabido conjugar con su mirada contemporánea, situándola entre el pasado y el futuro de las artes aplicadas en España.

En el ámbito personal, la vida de Mar estuvo marcada por una historia de amor de casi cuatro décadas. En 2023 perdió a su marido, Enrique Bermejo, con quien estuvo casada desde 1985 y a quien describe como un hombre maravilloso que la quiso profundamente y con quien formó una familia sólida. Juntos tuvieron dos hijas, Mar y Mónica, ambas adultas hoy y siguiendo sus propios caminos. La pérdida de su marido, así como la de sus padres y varios de sus perros, supuso un cambio vital profundo, una etapa de duelo y de reconstrucción interior que afectó todos los aspectos de su vida.

Renacimiento y redescubrimiento a los 60 años

A pesar de esa etapa dolorosa, Mar no se ha detenido. Al contrario: ha iniciado un proceso de redescubrimiento personal, una especie de renacimiento a los 60 años. Ha comenzado a viajar sola, algo que nunca había hecho antes, emprendiendo rutas largas por Sudamérica, navegando por Galápagos, explorando Perú, cruzando océanos y ciudades con una mezcla de vulnerabilidad y determinación. Estos viajes no son solo turismo: son una forma de reencontrarse con su esencia, de comprender quién es hoy, de abrir espacio a nuevas historias y nuevas fuerzas.

Esta fase vital también ha despertado en ella el deseo de escribir de nuevo. Como periodista que fue, y como mujer que ha vivido intensamente, está valorando la idea de convertir sus cuadernos de viaje, sus reflexiones y su mirada íntima sobre el mundo en un posible libro. Le interesa sobre todo transmitir resiliencia, belleza, gratitud y la certeza de que siempre es posible empezar otra vez, sin convertir la pérdida en el centro absoluto del relato.

Mar Aldeguer es, en definitiva, un ejemplo de reinvención continua. Una mujer que viene de una tradición centenaria, que creó una marca reconocida, que ha enfrentado el dolor sin perder la sensibilidad, y que hoy se encuentra en una etapa luminosa y libre: viajando, observando, creando y construyendo, una vez más, una nueva versión de sí misma.