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Las manipulaciones y mentiras en los libros de texto de catalán en Baleares llegan a la Justicia

El Tribunal Superior de Justicia de Baleares admite a trámite la denuncia presentada por una familia

Las afirmaciones de los libros de texto calificadas de erróneas o manipulación defienden la existencia de los Països Catalans

Mentiras en los libros de texto de catalán en Baleares: que los condes de Barcelona fueron reyes desde el siglo IX hasta Alfonso el Casto, que la literatura catalana se retrotrae al siglo VIII o que la repoblación de Baleares fue exclusivamente catalana. Son algunas de las afirmaciones erróneas que aparecen en libros de texto que utilizan los centros docentes de Baleares y que han motivado la presentación de un contencioso ante el Tribunal Superior de Justicia de las Islas (TSJIB) que ya ha sido admitido a trámite.

Concretamente, el TSJIB ha admitido a trámite un recurso contencioso «contra la manipulación histórica de  libros de texto de Baleares» presentado por una familia que pide a la Conselleria de Educación que supervise una treintena de afirmaciones que, según los demandantes, carecen de todo rigor científico e histórico.

Todas las afirmaciones calificadas de erróneas o de manipulación enaltecen a Cataluña y defienden la existencia de lo que los nacionalistas denominan Països Catalans, un concepto avalado hasta el extremo por el anterior Govern del pacto de izquierdas que presidía Francina Armengol y muy extendido en los centros docentes públicos de Baleares que aplican la enseñanza 100% en catalán.

Otras afirmaciones falsas, según la denuncia, que aparecen en los libros de texto de Baleares son que toda Grecia perteneció a la Corona de Aragón o que la primera imprenta de la península estuvo en Valencia, es decir, en la supuesta nación catalana, y no en Segovia como fue en realidad.

También forma parte de la denuncia la afirmación que aparece en los libros de texto sobre que el prestamista valenciano Luis de Santángel, que frecuentaba la  corte del rey Fernando el Católico, pagó íntegramente la expedición de Colón a América.

Y otros ejemplos denunciados como error histórico, manipulación o mentiras en los libros de texto de catalán: que se prohibió el comercio con América a los naturales de Aragón, que los autores catalanes del XVIII que escriben en castellano odian el catalán, que el latín es sustituido por el catalán en la corte pontificia de los papas Borgia o que la  Guerra de Sucesión del siglo XVIII fue guerra entre Cataluña y Aragón.

La ‘nación catalana’ en los libros de texto

Igualmente se afirma que la Corona de Aragón fue sustituida por la corona catalanoaragonesa. Este concepto, tendente a defender la existencia de una nación catalana en la Edad Media no tiene ningún rigor histórico.

La denuncia admitida a trámite versa sobre los libros de texto de una determinada editorial aunque la misma está acompañada por un informe más general que realizó Sociedad Civil Balear en colaboración con la asociación de profesores Plis.

«El nivel y rigor de las referencias históricas de este libro de texto es tan bajo que sonroja y que avergüenza, pues indica que la educación de nuestros hijos depende de profesores que, con escaso nivel intelectual, redactan o eligen libros de texto totalmente ideologizados», afirman Plis y Sociedad Civil Balear en un comunicado.

La familia denunciante de las mentiras en los libros de texto de catalán, antes de acudir a la Justicia, solicitó a la Conselleria de Educación que  ejerza su labor de supervisión de los libros de texto para comprobar su rigor histórico: «La supervisión de los libros de texto y otros materiales curriculares es competencia de las administraciones educativas y constituirá parte del proceso ordinario de inspección que ejerce la Administración educativa sobre la totalidad de elementos que integran el proceso de enseñanza y aprendizaje, que debe velar por el respeto a los principios y valores contenidos en la Constitución y a lo dispuesto en la presente LOE», afirmaron los denunciantes en su escrito a la Conselleria de Educación.

La respuesta de la Conselleria a la familia fue que no tenía ninguna obligación de supervisar los libros de texto «porque estos no necesitaban de autorización previa». Para la familia denunciante, la Conselleria de Educación interpretó, en contra de lo que indica la LOE, que «previa autorización y supervisión son los mismos conceptos».

Ante la negativa del consejero, la familia recurrió al TSJIB pidiendo que se obligara al Govern a ejercer su obligación de supervisión del material didáctico y a dictaminar, o a formar un equipo externo de historiadores que dictamine, si al menos esas 31 afirmaciones tienen o no rigor histórico.